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Wilson Sierra Gutiérrez es vecino del Centro Histórico de Valledupar en donde tiene una galería. Asegura que a lo largo de los 33 años que lleva en el sector ha sido testigo del olvido de esta importante zona de la que hacen parte ocho manzanas fundacionales de la ciudad.

'Se ha dicho mucho, se ha escrito mucho, pero se ha hecho poco por el Centro Histórico de Valledupar, que debería estar a la altura de otro similar de los que existen en otras ciudades de Colombia y el mundo', asegura, al referirse al abandono en que permanece el Centro.

Asegura que hace falta decisión política y más compromiso con la misma ciudad, la cara a mostrar de Valledupar, lo más importante es esto, pero esto no parece importarles a las entidades competentes'.

Se cae a pedazos

El panorama es poco alentador porque las viejas casonas de estilo colonial construidas hace más de 400 años en el sector están cayéndose a pedazos. El abandono de algunos inmuebles, el deterioro con el paso del tiempo y la desidia, han dado al traste con el área histórica y cultural más importante de esta capital.

El 28 de noviembre de 2014, la ministra de Cultura, Mariana Garcés, firmó la resolución del Plan Especial de Manejo y Protección de Valledupar (PEMP). La medida llenó de esperanzas a los vallenatos raizales que no se resignan a ver perder su patrimonio. No obstante, han pasado nueve meses desde ese documento y el panorama es el mismo. La razón fundamental que entrega la administración municipal es la falta de recursos, y que es el proyecto que 'no se puede hacer de la noche a la mañana'.

La zona

El asentamiento de españoles en el Valle del Cacique Upar empezó antes de 1550, cuando formalmente quedó fundada por Don Hernando de Santana. En lo que hoy es el entorno de la emblemática Plaza Alfonso López se construyó la Iglesia Inmaculada Concepción, declarada Bien de Interés Cultural de la Nación, y las casas coloniales con tejado, paredes gruesas y espacios amplios para habitaciones, con patios y corredores, que son un atractivo turístico.

En el marco de la plaza aún permanecen familias tradicionales en inmuebles que mantienen su estilo: Los Molina, Montero, Castro, Pavajeau, entre otras, se han conservado en este legado histórico, otras decidieron por irse, alquilarlas con fines comerciales, unas están en venta y otras en total olvido, convertidas en guarida de consumidores de droga e indigentes.

El mayor patrimonio se concentra en el sector de las calles 15 y 14 entre carreras sexta y octava, muy cerca de la Catedral Nuestra Señora del Rosario, también ‘joya’ de esta arquitectura. Los inmuebles en abandono tienen incluso dolientes anónimos que a manera de clamor han escrito ‘Sálvame’ sobre las paredes.

Luis Daza, otro de los lugareños, señala que 'esto se está acabando, aquí ya no vive nadie, se ha vuelto casas desocupadas, hay un abandono total, da la impresión como que los propietarios esperan alguna ayuda del gobierno, cosa que nunca ha llegado, ni siquiera con un tarrito de pintura'.

Plan a largo palzo

Las esperanzas para salvar este centro fundacional de Valledupar son pocas alentadoras. Durante décadas ha estado en el olvido, pero con el Plan de Manejo y Protección aprobado por el Ministerio, se esperaba que se agilizara la ‘carta de navegación’ para su recuperación. No obstante, como van las cosas, pasarán muchos años más, antes de hacer una intervención real, mientras las paredes, techos y ventanas de las casas coloniales siguen desmoronándose.

El secretario de Planeación municipal, Raúl Villegas, dijo que 'se estableció un plan de acción para la recuperación del Centro Histórico; hay una serie de actividades muy importantes como es la de establecer cuáles son los focos contaminantes de residuos sólidos, de emisiones de gases y de vertimientos para tratar de controlar esa situación y que el sector sea un poco más atractivo'.

Sostuvo que con este proyecto se pretende detener el proceso de desocupación de las edificaciones, promover la fijación de población en el área fundacional mediante incentivos tributarios para facilitar el desarrollo de los diferentes programas habitacionales que ya se están adelantando, además existe una reducción en el impuesto predial para las personas que habitan en el Centro Histórico. 'Las rebajas tributarias son una forma que los propietarios de los inmuebles puedan compensar las inversiones que tienen que efectuar para el mantenimiento de este tipo de bienes', sostuvo Villegas.

También se pretende mejorar las condiciones de movilidad vehicular y peatonal a través del Sistema Estratégico de Transporte, con la posibilidad de peatonalizar algunas zonas, subterranizar las redes eléctricas para que urbanísticamente sea mucho más agradable a la vista el tránsito tanto vehicular como peatonal y propiciar la generación de nuevos espacios públicos con condiciones ambientales y paisajísticas contemporáneas que satisfagan las necesidades de ocio y recreación de la población infantil, adultos y de la tercera edad.

Sin embargo, para la Fundación Amigos del Viejo Valledupar, AVIVA, en los proyectos 'suena muy bonito', pero al aterrizarlo a la realidad podría ser desesperanzador. El mismo secretario Raúl Villegas reconoce que no se tiene el cálculo económico, porque se trata de una conjugación de actores. 'Los propietarios de los predios tienen la obligación de tener sus casas en buen estado, el Gobierno tiene que hacer unas inversiones en redes eléctricas, peatonalización, señalización, cuidado de árboles, los mismos estudios ambientales. Nosotros en estos momentos estamos adelantando con la Financiera de Desarrollo Territorial, Findeter, una serie de estudios ambientales en toda la ciudad, pero con foco central en este sector, es un estudio que costó cerca de 200 millones de pesos, que se está adelantando en la actualidad'.

Villegas acepta que el plan está atrasado. 'Desafortunadamente la Alcaldía no ha contado con los recursos suficientes para hacer la renovación urbanística que se requiere en el Centro Histórico. Sin embargo, hemos adelantado algunas actuaciones como los estudios ambientales y con la exoneración en cierto porcentaje del impuesto predial para que se hagan las inversiones por parte de los propietarios, no en el pago de impuestos, sino en la recuperación de sus bienes'.