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Trabajar de la mano con la Fiscalía para judicializar a quienes están desviando los ríos y haciendo captaciones por encima de lo autorizado para el riego de cultivos y otras actividades agropecuarias, planteó ayer en Valledupar el ministro de Vivienda, Luis Felipe Henao, ante los alcaldes del Cesar que le presentaron una ‘radiografía’ de la afectación que registran sus municipios por el desabastecimiento de agua.

De acuerdo con el director de la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Kaleb Villalobos, en los monitoreos y regulaciones a las fuentes hídricas, han encontrado que la mayoría de las desviaciones se están haciendo después de las bocatomas de los acueductos, lo que genera que el líquido no llegue de manera eficiente a las comunidades.

Dijo que 'hemos adelantado acciones para neutralizar las tuberías ilegales, pero una vez el funcionario de la corporación cumple con la misión, vuelven a habilitar los tubos para apropiarse del líquido'.

Frente a esta situación, el ministro hizo un llamado a los alcaldes para adelantar acciones policivas frente a estas captaciones, mientras que señaló que se iniciarán investigaciones con la Fiscalía para judicializar a los responsables por tipificarse esto en un delito. Señaló que es cierto que el fenómeno de El Niño ha impactado en el país, y en especial en los departamentos de la Costa, pero además de la sequía, se presentan factores de vulnerabilidad, entre ellas que las empresas de servicio público no están funcionando de manera eficiente.

En 15 municipios que nos reportan desabastecimiento en el Cesar, los ríos están aptos para suministrar el agua. Sin embargo, el problema es de operatividad de las empresas, hay algunas que tienen pasivos elevados, de más de 3.500 millones, le adeudan al prestador de servicio de energía y no ponen a funcionar las plantas. En este sentido, el ministro señaló que pedirá a la Superintendencia de Servicios Públicos sanciones para estas entidades, porque hay algunas que deben ser liquidadas.

En otras poblaciones de la Costa como Mompox, el brazo del río Magdalena se convirtió en una especie de playa para los habitantes teniendo en cuenta que de una profundidad de 4 metros bajó a escasos 60 centímetros.