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En asuntos de versos, composiciones y calidad para interpretar el acordeón a Emiliano Zuleta Díaz, hijo del legendario ‘Viejo Mile’, muy pocos le pueden ganar. Famoso por su repentismo y por sacarle cantos a lo que pasa a su alrededor, este músico de 75 años estuvo a punto de perder una batalla que pudo costarle la vida.

No ocurrió en las piquerias, los conocidos duelos musicales del folclor vallenato en los que tantas veces salió airoso; tampoco en la tarima de algún festival de la región. Su rival en esta ocasión fue el sistema de salud colombiano que a muchos ha golpeado y dejado en el abandono.

Afectado por varias enfermedades como hipertensión, gastritis aguda y diabetes, Emilianito, como es conocido en el mundo musical, acudió a la EPS Cafesalud, a la que se encuentra afiliado, para que le suministraran los medicamentos como parte de su tratamiento integral para recuperarse.

Su sorpresa fue mayúscula cuando la empresa promotora de salud se negó a entregarlos.

Emiliano no se dio por vencido y como si se tratara de una contienda más de las que le ha tocado enfrentar en la vida de acordeonero, inició sus acciones, tal vez con ese espíritu de defensa que le enseñó su padre, quien una mañana espantó de Urumita a Lorenzo Morales -Moralito-, después de que lo escuchara tocar una parranda:

'…Moralito, Moralito se creía; que él a mí, que él a mí me iba a ganar; y cuando me oyó tocar; le cayó la gota fría…', dice la célebre canción que compuso el viejo Emiliano Zuleta Baquero tras aquella ocasión.

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BATALLA JURÍDICA. Esta vez la gota fría le cayó a Cafesalud. Con la premisa de que 'me lleva ella o me la llevo yo' Emilianito interpuso una acción de tutela que falló a su favor el 4 de junio de 2015 el juzgado sexto civil de Valledupar. Este le ordenó a la EPS darle los medicamentos. Sin embargo, la empresa hizo caso omiso a esa decisión.

El argumento de la entidad fue que Emiliano Zuleta acudió a un médico particular, no adscrito a la red de prestadores de la EPS, que el galeno le ordenó los servicios requeridos y por tal razón le negaban la solicitud presentada. Razón no válida a consideración de la justicia.

Aquella decisión de Cafesalud no se quedó así y el compositor llevó ante la Corte Constitucional el 'recao grosero' con una acción de amparo a los derechos fundamentales a la vida y la salud. El 12 de noviembre pasado el magistrado Jorge Pretelt presentó un recurso de insistencia, que fue aceptado, para que se revisara la tutela y no solo se entregaran los medicamentos, sino un tratamiento integral.

Tras un periplo judicial de más de seis meses, inicialmente con una sentencia de primera instancia y luego con la petición ante la Corte Constitucional, Cafesalud dio su brazo a torcer y por fin el músico empezó a recibir el tratamiento que requiere.

'Me siento mejor, la EPS me está respondiendo', cuenta Emilianito, quien considera que la trascendencia de su caso no era necesaria teniendo en cuenta que la promotora de salud accedió, desde hace dos meses, a suministrarle los medicamentos.

Aunque el recurso de insistencia indica que el acordeonero de la dinastía Zuleta padece hipertensión, diabetes millitus, hipercolesterolemia y gastritis aguda; en voz del propio Emiliano 'no es que esté tan complicado'.

'No tengo diabetes, ni soy hipertenso, yo tomo medicamentos porque hace años tengo un marcapaso, además, tomo antigripales y pastillas para la acidez porque fui operado de bypass. Desde hace dos meses todo está en orden', sostiene.

A consideración del magistrado Pretelt, el fallo de primera instancia protegió de manera precaria los derechos invocados, puesto que el suministro solo de medicamentos no era suficiente, toda vez que, según su exposición, por las patologías del paciente era necesario un tratamiento integral.

EL DESQUITE DE EMILIANO. Con los años, las enfermedades en el maestro Emiliano salieron a flote. En 2009, luego de una intensa presentación musical al lado de Peter Manjarrés, el acordeonero fue internado en una clínica con un dolor en el pecho. Registraba un bajo ritmo cardíaco, lo que lo llevó a una intervención quirúrgica y la instalación de un marcapasos.

Durante cuatro meses estuvo inactivo en el mundo de la farándula; debió cumplir un riguroso tratamiento, en el que, además de prohibirle las comidas grasosas, tuvo que alejarse de las parrandas y del whisky.

Esto lo inspiró para componer en su estilo costumbrista la canción ‘El Desquite’, con la que ganó un festival en Sahagún, Córdoba, en la que de manera jocosa se refiere a la enfermedad y las restricciones médicas, convirtiéndola en una verdadera revancha.

Dice en la canción que los galenos prohíben, pero ellos sí pueden tomar licor y comer sancocho. 'Y ahora es que yo voy a enganchar / y ahora es que yo voy a beber / ue vengan mujeres / que estoy parrandeando / porque uno se muere y se lo lleva el gusano'.

'Los médicos amanecen y beben en casetas / y a los pobres pacientes quieren quitarles el ron (bis) / ellos comen sancocho con yuca y chicharrón / y si uno está muy gordo le mandan una dieta (bis)', agrega otro estribillo de la canción.

Ahora, después de ganar otra batalla e indicar que se siente en 'buenas condiciones', al punto de que de manera frecuente visita su finca, podría componer otro éxito musical al que ya tiene acostumbrado a su público con este episodio que vivió con Cafesalud.

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La imaginación y narrativa son componentes básicos para la genialidad de este acordeonero y compositor que este año será homenajeado junto con su hermano ‘Poncho’ Zuleta en la cuadragésima novena edición del Festival de la Leyenda Vallenata.