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Valledupar y Riohacha. La sequía tiene desde el martes a estas ciudades con dos panoramas muy distintos: en la primera el caudal del río Guatapurí creció por efectos de las lluvias que han caído sobre la Sierra Nevada.

Pero por el otro lado, están prendidas las alarmas en Riohacha en donde el alcalde Fabio Velásquez y William García, gerente de la empresa operadora ASAA, reconocieron que se está agotando el agua para abastecer a la ciudad por los bajos niveles del río Tapia.

La situación es tan crítica que el despacho en carrotanques a la zona rural de Riohacha ya empezó en las zonas más afectadas por la falta de agua.

Festejo en Guatapurí. Para muchos, después de más de seis meses de intensa sequía lo que ocurrió este martes Santo, fue un verdadero 'milagro' porque justo después de que miles de fieles, en medio del intenso calor asistieran a la procesión de su santo patrono, Ecce-Homo, una lluvia cayó en lo alto de la Sierra Nevada, y con ella regresó el agua al río Guatapurí, el principal afluente de la ciudad.

'Esto es una bendición, la gente ya no quería venir al río porque estaba seco, pero cogió agua y los turistas volvieron. Hoy adultos y niños disfrutan de la corriente que haces meses no se veía', indicó Omar Mendoza, comerciante del balneario Hurtado.

El mismo alcalde Augusto Ramírez ‘Tuto’ Uhía celebró el aumento del caudal e hizo un llamado a los lugareños a cuidar el agua y a no desperdiciarla. Por cuenta de la sequía, el río había bajado en más del 60%.

Javier Guevara, que reside en zona aledaña al Guatapurí sostuvo que aunque la crecida no es como en otros tiempos, 'hay agua y esperamos que siga lloviendo para darle vida al río, que es la principal fuente hídrica en esta capital'.

No obstante, indicó con preocupación, que apenas el río aumentó la creciente, aparecieron personas tratando de desviar su cauce hasta sus fincas, lo cual además del verano, es otra de las causas por las cuales el Guatapurí había entrado en etapa terminal.

Niveles críticos

El río Tapia hasta la zona de la bocatoma llega con algo de agua, de alrededor de 880 litros por segundo, pero de ahí en adelante la sequía es total en el cauce.

Alejandro Uriana, un indígena que vive en el sector, dijo que hace un par de meses el nivel del río le llagaba hasta su cintura, mientras que ahora, a duras apenas alcanza hasta los tobillos.

García sostuvo que ya empezaron a suministrar agua por carrotanques en el área rural de Tomarrazón y Juan y Medio. 'Es cien por ciento para el consumo humano', añadió el gerente de ASAA.