En el corregimiento de Antequera, jurisdicción de Tamalameque (Cesar), los pobladores aún no salen de su asombro, ya que cuando uno de sus lugareños iba a ser sepultado -luego de que el cuerpo llegara forrado en una bolsa negra en un ataúd- se dieron cuenta que quien estaba en el féretro no era la misma persona que estaban llorando.
Se trata de Fray David López Flórez, de 26 años, oriundo de Valledupar y quien murió en la cárcel Doña Juana, en La Dorada (Caldas). El sábado pasado, Judith María López, madre Fray David, recibió una llamada en la que le dijeron que, presuntamente, su hijo se había suicidado y que debía reclamar su cuerpo.
Poco antes de ser sepultado, la progenitora pidió que le abrieran el ataúd y fue entonces cuando se dio cuenta que no era su hijo, sino un hombre de aproximadamente 50 años, con aparentes signos de tortura.
La familia denunció que el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) le envió el cadáver equivocado y, por ende, el sepelio fue suspendido. Sus parientes están esperando respuestas sobre el paradero del cuerpo de Frayd David López y su madre pidió ayuda a la Defensoría del Pueblo. 'Si mi hijo murió, ¿dónde está su cuerpo? Es lo que necesito saber', expresó.
Al parecer, el joven se quitó la vida en el penal, donde estaba recluido desde el 2014 y debía pagar una condena de 12 años de prisión, por el delito de acceso carnal violeto.