El plazo de entrega y prórrogas están totalmente vencidos, lo que se construyó no sirve y para colmo se ha convertido en un ‘dolor de cabeza’ para las más de 2.500 familias que habitan en el área de influencia de la obra en la comuna dos de Valledupar: viven con la ‘amenaza’ de plagas y enfermedades a causa de las aguas estancadas.
Es la realidad de la hasta ahora fracasada ampliación del ‘Canal de Panamá’, en el suroriente de esta capital, que se concibió como una solución para evitar los arroyos y conducir las aguas lluvias por más de dos kilómetros desde la avenida 44, de alto flujo vehicular, hasta el río Guatapurí, donde deberían desembocar para tranquilidad de los lugareños.
Pero contrariamente, lo que ha generado es un problema, con evidentes fallas de diseños y planeación. La optimización del canal que tiene una inversión de $8.453 millones debió culminarse en febrero de 2016; ha pasado más de un año, y las obras paralizadas y deterioradas apenas se encuentran en el 63%, generando un inmenso malestar en la comunidad, no solo por el atraso, sino por los problemas sanitarios que ya enfrentan, y el peligro de los desbordamientos cada vez que llega el invierno.
'Esto va camino a convertirse en un ‘elefante blanco’, dijo el veedor ciudadano Jaine Mora, quien llamó la atención de los organismos de control para que le pongan la 'lupa' a la millonaria inversión. Según un concepto de la Corporación Autónoma Regional del Cesar, máxima autoridad ambiental del departamento, la estructura debe rediseñarse, por las afectaciones que causaría a la vegetación allí existente, pues tal como está planteada, requeriría acabar con decenas de árboles para darle continuidad.
La ampliación del ‘canal de Panamá’, hace parte de un paquete de obras del Sistema Integrado de Transporte de Valledupar, SIVA, que inició con un valor cercano a los $30.000 millones y al que se le adicionaron unos $12.000 millones para terminarlas, recursos estos de la Gobernación del Cesar.
En este concepto el SIVA, en cabeza de su gerente Katrizza Morelli firmó el contrato 040 el 6 de agosto de 2014 con el Consorcio Sistemas Estratégicos de Transportes, cuyo representante legal es Menzel Amín Avendaño, el cual inició con un término de 16 meses en octubre de ese año. Sin embargo, tras los tropiezos, se hizo una prórroga y una adición presupuestal. De acuerdo con la Contraloría el plazo vencido a corte de este primero de junio es de 29 meses, y aún las obras no se culminan.
El diseño inicial fue elaborado por la firma Gómez, Cajiao y Asociados Compañía Limitada, de Bogotá, fue en 1995; pero de acuerdo con los planes y compromisos para una ciudad en crecimiento, con la puesta en marcha de un sistema ambicioso de transporte, se optó por la construcción de avenidas y alcantarillados pluviales y con ello la ampliación del canal, que permitiera una mayor captación de agua.
Las aguas pluviales que recoge este canal son las que caen sobre la avenida Simón Bolívar, la calle 44, la Terminal de Transportes, los barrios Sabana, San Martín, 7 Agosto, 12 de Octubre, Santa Rosa, San Joaquín, y sectores del norte de la ciudad.
Para la interventoría de la obra, que le corresponde una parte a la Gobernación del Cesar, y otra al SIVA, se invirtieron más de $2.000 millones.
Los trabajos fueron paralizadas en junio de 2016, debido al agrietamiento de las placas de fondo, así como de las paredes inferiores. En esa oportunidad, el SIVA achacó esos males a la temporada invernal; aunque para la comunidad, la verdadera causa sería el uso de materiales de mala calidad.
La suspensión ocasionó el represamiento del agua, que generó malos olores y proliferación de insectos. Los perjudicados son los habitantes de los barrios aledaños, San Fernando, Los Cocos, Amaneceres del Valle, Panamá y Los Milagros.
Álvaro Molina, líder comunal del barrio Amaneceres del Valle, sostuvo que 'la obra tiene un año de estar paralizada, cuando la suspendieron había unas 15 lozas agrietadas, hoy son más de 100 las deterioradas. Esto no avanza y lo que está ejecutado no sirve; tendrían que demoler en su totalidad lo construido para volverlo a hacer'.
'La gran pregunta que nos hacemos, es qué viene ahora, porque el SIVA no le ha dado la cara a la comunidad, simplemente ha dicho que esto no se va a aceptar así, que hay que esperar. No hay un resultado contundente, ni un pronunciamiento del Sistema Integrado de Transporte, ni del contratista. Este proyecto cada día va afectando más a las comunidades', indicó.