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Entre 1970 y 2010, en el Cesar fueron secuestradas 2.621 personas, según un informe del Centro Nacional de Memoria Histórica y la firma Cifras y Conceptos. Las estadísticas reflejan la más cruenta historia de un delito que golpeó tanto a este departamento, que sus habitantes vivieron por mucho tiempo en zozobra, al punto de estar ‘presos’ en sus propias casas.

'No se atrevía uno ni a salir, ni siquiera ir de vacaciones o visitar a la familia, porque en cualquier momento caía en una ‘pesca milagrosa’ –estrategia de la guerrilla de montar retenes en las carreteras para ‘cazar’ víctimas–, y de ahí a engrosar la lista de secuestrados', dijo el empresario agrícola, Roberto Lacouture, quien permaneció en cautiverio 87 días en poder de las Farc.

El secuestro se convirtió en el ‘cuco’ de los vallenatos, las fincas llegaron a ser administradas a ‘control remoto’ por miedo a ser otra ‘presa’ más de los grupos al margen de la ley, que entre guerrilleros y paramilitares, en la época más crucial del conflicto, fueron los mayores victimarios en este territorio, seguidos minoritariamente por bandas organizadas de delincuentes comunes.

Familias casi completas fueron secuestradas, como el caso de los Ochoa. El ex alcalde de Valledupar Elías Ochoa Daza y sus tres hermanos, Víctor, Eliécer y José María Ochoa, fueron de los cientos de secuestrados en el Cesar.

'Lo peor que le puede pasar a una persona, después de la muerte, es el secuestro', dice Ochoa, quien fue plagiado junto con su hermano mayor, Eliécer, por el frente 41 de las Farc el 22 de abril de 1998, cuando visitaban una finca de su familia en el municipio de El Paso, al centro del Cesar.

El 28 de noviembre de ese mismo año, un mes después que liberaran a Elías, el frente 6 de Diciembre del ELN secuestró en la vía Valledupar-Río Seco a Víctor Ochoa, el tercer hermano, que en la incursión de abril había logrado escapar de las Farc, tras ser avisado por un escolta que la guerrilla se había metido a la finca. Fue liberado el 28 de junio de 1999, luego de que su familia hiciera un pago millonario.

En vísperas de Semana Santa del año 2000 el turno fue para José María, el hermano menor de los Ochoa, hecho cautivo por el mismo frente 6 de diciembre del ELN; fue liberado en junio de ese año; pero el drama no paro ahí para esta familia, el 13 de enero de 2.002, Víctor Ochoa, volvió a ser secuestrado, en esa ocasión, por el Bloque Norte de las Autodefensas, al mando de ‘Jorge 40’.

Cifras oficiales revelan que en la décadas de los setenta, ochenta y noventa, en Valledupar fueron cometidos 737 secuestros. Y a comienzos del 2000, un total de 348 en Aguachica, 229 en Curumaní y 126 en Pelaya. Los principales autores fueron las Farc y el ELN.