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Santander Beleño, magíster en diseño urbano de la Universidad Nacional y quien realizó una investigación académica en torno al río Guatapurí, advirtió que los problemas por mal manejo de basuras, los asentamientos ilegales y la delincuencia común tienen en peligro la memoria colectiva construida alrededor del afluente de la ciudad de Valledupar.

'El río Guatapurí es el único sitio de recreación popular de la ciudad: hace 50 años se podían recorrer sus 15 kilómetros, lo cual generó una memoria e identidad urbana. ¿Qué es lo que la gente recuerda del río? Hace 30 años se habla del ‘pozo del caballo’, ‘pozo del triángulo’, ‘pozo de los cerezos’. Hoy las personas no pueden pasar por allí pues hay barreras tangibles. Los sectores están rodeados por asentamientos, espacios en los que se vende droga y la delincuencia común es la ley', puso de presente el experto.

Agregó que estos problemas amenazan la memoria colectiva de la ciudad, en especial la de los jóvenes, quienes no tienen conocimiento ni identidad de lo que para Valledupar representa el paso de sus aguas.

'A finales de la década de los ochenta se empezaron a construir estos asentamientos con todo tipo materiales, y se desvió el caudal del río. Los POT siempre han determinado que esas zonas son de riego por inundación y las personas que viven allí generan tanta basura que cuando llueve el río se sale de su camino y afecta a toda la comunidad', manifestó el arquitecto.

Debido a lo anterior, plantea en su investigación una transformación urbana que reubique a las personas que se encuentren allí, lo que hará que bajen los índices de delincuencia, y así mismo reducir la producción de basuras que afectan los caudales: 'entre las propuestas está la de rescatar y revalorizar las calles que se conectan para poder asentar a las personas dentro de la ciudad. Este río se encuentra a 400 metros del borde de la ciudad, en donde se mueve toda la economía, y que la nueva generación pueda disfrutar de toda la magnitud del río'.

Añadió Beleño que Valledupar es conocida por la música y ha ayudado a hacer más visible esta región ante el país y el mundo, comentó el investigador: 'el vallenato está ligado al río, allí los juglares soñaban y se inspiraban para componer lo que hoy conocemos. Esto es memoria colectiva, que gracias ellos se conocen sus aguas'.

Además, dentro de su investigación encontró que si se liberan los kilómetros suficientes para el libre flujo de sus caudales se podrán crear zonas ecológicas, culturales y recreativas, además de una artesanal y de renovación, lo que generará mayor turismo para Valledupar.