La hazaña de un maestro y cinco de sus estudiantes tarda escasos tres minutos, pero al final lo que importa es llegar a la meta: atravesar el río Cesar para acudir a la escuela.
Son tres minutos que en realidad parecen más, sobretodo en esta temporada de lluvias torrenciales cuando el caudal aumenta casi al mismo ritmo que los latidos del corazón de los seis navegantes cada vez que atraviesan en la pequeña canoa.
Es una travesía que cumplen cada mañana cinco niños estudiantes de la escuela Rural Mixta Los Calabazos, perteneciente a la vereda que lleva el mismo nombre, en jurisdicción del corregimiento de Valencia de Jesús, sur de Valledupar.
Los navegantes. Los estudiantes, al mando del profesor Humberto Cáceres Bautista, que además es propietario de la canoa, arriesgan sus vidas de lunes a viernes al cruzar el río Cesar.
Algunos de ellos deben caminar hasta un kilómetro para abordar la embarcación del profe Humberto, como lo llaman por cariño.
La travesía comienza en la vereda El Tiburcio, en el municipio de San Diego, norte del Cesar. Al otro lado del río está ubicada la escuela, que es una sede de la Institución Educativa Luis
Ovidio Rincón Lobo, ubicada en el casco urbano de Valencia de Jesús.
Para Cáceres, lo que ellos hacen a diario es arriesgar sus vidas luchando diariamente contra la corriente del río Cesar, que en la temporada de lluvia como la actual se vuelve más agresivo.
'A veces nos vemos en aprietos para que la fuerza del agua no nos lleve más lejos a donde habitualmente debemos desembarcar para luego caminar unos cuantos metros y llegar al colegio', narra el educador.