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En la memoria de los vallenatos de la época sigue intacto el recuerdo de lo que se llamó el ‘robo del siglo’ en Colombia. Ocurrió entre el 16 y 17 de octubre de 1994, cuando una banda organizada, con la complicidad de tres oficiales y un suboficial de la Policía, sustrajo $24.072 millones de las bóvedas del Banco de la República en la capital del Cesar, ubicada en la esquina de la calle 16 con carrera novena, donde sigue funcionando.

Han pasado 25 años de aquel suceso que se convirtió en escándalo nacional, y que muchos lo recuerdan como el hurto más grande en la historia a una entidad financiera. Los ladrones, armados con sopletes y tanques de oxígeno, lograron durante casi dos días vulnerar la fortaleza donde se encontraba el dinero, sacándolo en un camión, sin despertar la más mínima sospecha.

 'La gente pasaba por ahí y era como si nada, porque en la parte externa todo estaba normal. Era un fin de semana con puente festivo, así que las calles céntricas de la ciudad estaban prácticamente solas y no había tanto flujo vehicular', recordó Álvaro Querúz, ciudadano de Valledupar.

Benigno Suárez Rincón, alias ‘Don Pacho’ fue el cerebro del asalto junto a Alexander Flórez Salcedo. Para la operación reclutaron al entonces teniente de la Policía Juan Carlos Carrillo Peña, jefe de la Sijín, a Jaime Bonilla Esquivel, abogado y ex investigador del Cuerpo Técnico de la desaparecida Dirección Nacional de Instrucción Criminal, teniente César Augusto Barrera, y el subteniente Jairo Alberto Barón; también participó un mayor de la institución, identificado como Fabio Guillermo Guzmán, quien hizo el enlace con los uniformados involucrados en el robo.

Los oficiales Carrillo y Barrera fueron los encargados de conseguir la información sobre la seguridad del banco, y el subteniente Barón de mover su patrulla diez metros de distancia para facilitar la entrada del camión al banco para no alertar a otros policías.

Elkin Susa, alias 'Camilo’, fue el financiador del asalto con 120 millones de pesos, y el encargado de adquirir en Canadá los equipos de soldadura para acceder a las bóvedas.

EL ASALTO. El asalto comenzó a las 6:15 de la mañana del domingo 16 de octubre cuando la banda llegó en un camión Dodge 600, color rojo, carrocería de madera y con carpa que estacionaron a las afueras del banco, llevaban la excusa de que tenían que reparar los aires acondicionados del edificio bancario. Varios penetraron el banco; y una hora después, abrieron la puerta del garaje y metieron el camión al edificio. Suárez Rincón y Bonilla Esquivel, se instalaron en dos habitaciones del Hotel Sicarare, que tenían vista hacia el banco, desde donde coordinaron la operación.

El camión se apagó poco antes de entrar a la entidad, por lo que el conductor que iba con una bata blanca con logotipos del banco, identificado como Luis Ernesto Vásquez Agudelo, pidió ayuda a varios transeúntes para que empujaran. Los tenientes Carrillo y Barrera; y el subteniente Barón vieron al camión ingresar y empezaron las rondas de vigilancia alrededor del banco.

La puerta habría sido abierta por el vigilante Winston Tarifa, quien manejaba en el interior los sistemas de seguridad del banco y se comunicaba directamente con Bonilla Esquivel.