En las Farc, Diosenel Criado, conocido en las filas como ‘Omar’, lideraba la costura de hasta 1.000 uniformes camuflados mensuales para sus compañeros en armas. Ahora, en proceso de reincorporación, dirigió en el espacio territorial de Pondores, La Guajira, la confección de una colección de senderismo y desierto que acaba de presentar y que realizó también con excombatientes concentrados en Tierra Grata, Cesar.
Pilar Castaño, experta en moda, calificó el trabajo de Diosenel como 'una apuesta urbana con lenguaje de futuro'.
'Traíamos una experiencia de la selva, era una costura diferente. Allá hacíamos uniformes, carpas de techo, sudaderas para trabajo, gorras, morrales, equipos de campaña, hamacas y toldos. Aquí ya le apuntamos a un producto distinto, contando con la capacitación que hemos recibido por parte del Sena, luego de la desmovilización', indicó Diosenel, quien permaneció por más de 20 años en la guerrilla.
En el monte, contaban con ocho máquinas de coser y dos plantas de energía que movían de un campamento a otro. Con estos equipos atendía la demanda del frente. El cargo de costurero en las Farc lo asumió porque antes de ingresar a la organización rebelde, trabajó en una fábrica de jeans en Bucaramanga.
'Aprendí a coser por necesidad, yo tenía mi mujer y dos hijos, y estaba sin trabajo, entonces entré a una fábrica donde de manera empírica comencé a conocer la labor de la costura. Ese conocimiento me permitió en la guerrilla encargarme de la confección de los uniformes, y a la vez le enseñé a otros compañeros que me ayudaban', sostuvo Diosenel Criado.
'Fueron muchos años de costura en la selva, pero tras el proceso de paz quisimos montar nuestra propia línea de ropa, que es la que estamos mostrando con apoyo de la ONU; nuestra línea es Fariana Confecciones, tenemos dos talleres, uno en Pondores, La Guajira; y otro en Tierra Grata, Cesar, donde participamos 19 excombatientes', puntualizó.
Dijo que a diferencia de la lona y otros materiales que usaban para la producción en la guerrilla, la tela que utilizan en esta nueva faceta es de Lafayette, que consiguen en Santa Marta y Barranquilla con recursos propios.
'En esta primera línea presentamos 24 prendas para hombres y mujeres. Se trata de ropa de senderismo y desierto, consistente en chaquetas, chalecos y otras, unas para clima frío y otras para el cálido. La apuesta es seguir produciendo y comercializarla en los mercados de la moda del país', sostuvo.