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La misma naturaleza se encargó de despejar la tarulla de la ciénaga de Zapatosa. Los vientos alisios y la corriente del río Magdalena destaponaron el complejo de agua dulce, afectado durante los meses de octubre y noviembre, por la proliferación de esta planta acuática que impedía la navegabilidad y la pesca en jurisdicción de Chimichagua, Cesar.

Libardo Lascarro, ambientalista al servicio de la Corporación Autónoma Regional del Cesar, explicó que cuando llega el verano, el agua se escurre, y las brisas que llegan del mar al continente, contribuyen en un proceso natural a limpiar la ciénaga, y retirar la tarulla hacia los playones.

'Ahora la situación es normal, la gente está pescando, se recuperó la navegabilidad, y hay subienda. Son procesos cíclicos que se presentan en la ciénaga', indicó.

Precisó que 'meses atrás se registró una emergencia en el puerto de Chimichagua por la cantidad de la planta que se había acumulado, eso generó una alarma preventiva porque en 2010 se presentó algo parecido, y demoró dos meses en limpiarse, pensamos que iba a pasar lo mismo, pero llegaron los vientos y quedó totalmente limpia la superficie que antes estaba taponada'.

Ante alarma se armaron proyectos con los mismos pescadores para que retiraran de manera manual la tarulla, los cuales avanzan para su ejecución en caños y sitios donde se ha quedado la planta.

Control biológico

Lascarro sostuvo que la tarulla cumple un control biológico en la ciénaga, y es una planta que ha estado por muchos años en el complejo. No obstante, afirmó que por la misma contaminación con agroquímicos, y los sistemas de alcantarillado en las poblaciones vecinas, esta prolifera como un filtro; además se han extinguido especie como el manatí, de la que cada animal, comía hasta 60 kilos diarios de la planta, lo que ayudaba a que esta no se extendiera de esta manera sobre la superficie.

'El control biológico de la planta prácticamente ya no existe; la tarulla es la que protege la ciénaga, sin ella ya no hubiera peces, teniendo en cuenta que las redes que se usan para la pesca muchas veces no cumplen con las tallas mínimas establecidas por la norma; entonces termina uno viendo peces pequeños en las carretillas que no llegar a ser adultos', puntualizó.

Los peces crecen debajo de la tarulla, que además de protegerlos de la acción del hombre, también impiden que otros depredadores como el pato yuyo se los coman antes de crecer. Según Libardo Lascarro, en los 90, había unas 1.600 personas que pescaban en la ciénaga, en la actualidad son entre 7.000 y 8.000, sacando en una semana lo que antes hacían en un año.

La Zapatosa es el complejo de agua dulce más grande de Colombia; en temporada seca alcanza una extensión de entre 30.000 y 40.000 hectáreas; y de 70.000 en invierno; está ubicada entre los municipios de Chimichagua, Chiriguaná, Curumaní y Tamalameque, en el Cesar; y El Banco, en el Magdalena, en la llamada Depresión Momposina.