El avistamiento de cinco cóndores andinos se hizo en la reserva natural de Besotes, en la Sierra Nevada de Santa Marta. Las aves fueron observadas durante el primer Censo Nacional de esta especie en vía de extinción, que se desarrolló los días 13, 14 y 15 de febrero de este año.
En la serranía del Perijá, en jurisdicción de La Jagua de Ibirico, también fue vista una de estas aves sobrevolando. La revelación la hizo a Andrés Ramos, participante del censo nacional.
La Corporación Autónoma Regional del Cesar informó que el conteo se desarrolló de manera simultánea tanto en la Serranía del Perijá, como en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, con la participación del Centro de Atención y Valoración de Fauna y Flora Silvestre de Corpocesar, liderado por la Fundación ORNIAT; la Fundación Ecológica Los Besotes, la Fundación Hidrobiológica George Dahl, las alcaldías de La Jagua de Ibirico y de Codazzi y el resguardo Yukpa de Sokorpa, en la serranía del Perijá, a través del Programa Riqueza Natural de USAID.
'De los 5 individuos observados sobre el cerro Cóndor, al interior de la Reserva Natural Los Besotes, se evidenció un comportamiento de vuelo de tres individuos, dos cercanos y el otro a mayor altura, el cual pudo ser una pareja reproductiva y la cría de un individuo avistado el año anterior' indicó, el director de la Fundación Ecológica Los Besotes, Tomas Darío Gutiérrez.
El cóndor de los Andes, pesa entre 9 y 15 kilos y es considerada el ave voladora más grandes del mundo y de Colombia; los expertos estiman que alrededor de 130 cóndores viven en los Andes colombianos; sin embargo, está en peligro crítico de extinción en el país y casi amenazado a escala global, debido al bajo número de individuos existentes en su área de distribución, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
De acuerdo con las autoridades ambientales, la extinción de la especie se ha generado principalmente por el deterioro y transformación de los hábitats como consecuencia de los asentamientos humanos y la expansión de la frontera agrícola hacia los bosques andinos y páramos, también por la cacería de los cóndores al considerarse equivocadamente una amenaza para la ganadería.
'La especie, que solo pone un huevo cada dos o tres años y se distribuye desde Venezuela hasta el sur de Argentina y Chile, nunca había sido censada por lo que el conteo actual se convierte en el punto de partida para seguir estimando de manera real, la población de cóndores en el país, lo cual será una herramienta para las Corporaciones Autónomas Regionales, CAR y organizaciones responsables de su conservación', puntualizó Corpocesar.