El entramado de corrupción que descubrieron las autoridades dentro de la penitenciaría de alta y mediana seguridad de Valledupar, permitió que algunos reclusos a cambio de dinero no solo se dieran unos lujos al estilo de un resort, sino que siguieran delinquiendo en una de las cárceles más seguras del país.
Hamburguesas, arroz chino, tequila, whisky, marihuana, cocaína, teléfonos celulares y sim cards, eran algunos de los elementos a los que accedían los internos pagando gruesas sumas a funcionarios del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario, Inpec.
Conocida como ‘La Tramacúa’, la penitenciaría de Valledupar era una de las más temidas por los delincuentes, teniendo en cuenta las extremas medidas de seguridad que allí se aplican, con pabellones y torres de concreto en las que los internos soportan altas temperaturas. De hecho, existen varias denuncias de presunta violación de Derechos Humanos en esa cárcel por su régimen.
No obstante, la concertación entre internos con poder económico y guardianes del Inpec, permitió que esa rigidez del sistema se vulnerara, permitiendo los funcionarios del establecimiento el ingreso de teléfonos, droga, comida y licores que disfrutaban los reclusos que pagaban por ellos.
Por estos hechos fueron capturados y enviados a prisión los dragoneantes Wesly Palacio Mena, alias ‘Niche’, de 33 años; Henry Rendón Henao, de 27 años; Fabián Ricardo Cangrejo Castillo, de 30 años; Edgar Alejandro Martínez Arias, alias ‘Paspi’, de 33 años; Andrey Alejandro Durán Sánchez, alias ‘Chaval’, de 33 años; Jaime Alonso Herrera Flórez, de 24, y Herney Fernando Novoa Martínez.