Cinco niños entre 3 y 15 años, pertenecientes a la etnia yukpa, y quienes eran hermanos, murieron tras intoxicación. Este trágico hecho sucedió el pasado domingo a las afueras del resguardo indígena Iroka, ubicado en la vereda El Limón, municipio de Codazzi.
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Hasta el momento se ha podido establecer que los niños estaban al cuidado de su padre, debido a que su madre desde hacía dos meses permanecía en un hogar de paso en Valledupar, toda vez que otro de sus hijos también menor de edad presentaba quebrantos de salud, y debía asistir con regularidad al médico.
El domingo por la mañana el progenitor de los niños decidió ir a culto religioso y dejó a los menores bajo la supervisión de una niña de 15 años. Cuando regresó tres ya estaban muertos, mientras que los otros dos, de 3 y 11 años presentaban agudos problemas de salud. Por ello decidió junto con otros miembros de la comunidad trasladarlos hasta el Hospital de Codazzi. Posterior a ello, los médicos al ver el estado de gravedad que tenían los remitieron a una clínica de mayor complejidad donde murieron a las 7:30 p.m., de ese mismo día.