Al cumplirse 25 años de la muerte y desaparición de los agentes del CTI de la Fiscalía, Edilberto Linares Correa, Carlos Arturo Ibarra Bernal, Hugo Quintero Solano, Danilo Carrera Aguancha, Mario Abel Anillo Trocha, Israel Roca Martínez y Jaime Elías Barros Ovalle, víctimas del extinto Bloque Norte de las AUC; por parte de la Gobernación del Cesar, se realizó un homenaje junto a sus familiares en el Parque de la Vida de Valledupar.
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En el monumento Amor y Vida, que tiene grabados los nombres de más de 10 mil víctimas del conflicto armado, incluyendo a los siete muchachos del CTI, el presbítero Enrique Iceda sintetizó de la manera más celestial posible el momento que vivimos en la tierra. “Aunque no estén, no los olvidaremos jamás. Me olvidé de la felicidad”, mencionó el religioso al introducir el tema.

El sacerdote en su homilía recordó que algunos de los familiares de los desaparecidos han muerto con la tristeza profunda de no saber el paradero de sus seres queridos y que otros se han olvidado de la vida, mentalmente perdieron todo.
Las siete familias son conscientes de la muerte de los agentes del CTI, pero el consuelo que todavía esperan madres, esposas, hijos, sobrinos y demás familiares es poder sepultar sus restos en un cementerio, visitarles cada tanto y guardar con paz sus recuerdos, como lo mencionó el mismo sacerdote Enrique Iceda antes de bendecir los siete cañahuates que después fueron sembrados, en homenaje a cada uno de los muchachos.
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“Estos siete investigadores salieron de sus casas a cumplir su deber como servidores de la justicia, en un contexto donde la criminalidad, la violencia al margen de la ley y en ocasiones el mismo Estado atentaba contra ellos, como una estrategia para perpetuar el miedo”, dijo la directora ejecutiva de la corporación Fasol, Laura Castillo Montañez, quien representa a las siete familias.

Por su parte, la jefa de la Oficina Asesora de Paz del Cesar, Juana Pacheco, agregó: “Hoy rendimos homenaje a siete seres humanos valientes, que entregaron su vida al servicio de la sociedad y que dejaron sus sonrisas, sus sueños, sus anhelos marcados en sus familias y en el corazón del departamento del Cesar. Con mucho respeto rendimos homenaje a estos siete héroes, a través de este acto de memoria histórica, el cual hemos denominado ‘Siete vidas, una memoria’”.
Para sumar acciones en el proceso de búsqueda de los restos de los agentes del CTI, la Gobernación del Cesar ofrece una recompensa de hasta $20 millones por información que conduzca a su paradero de los restos óseos.
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Es de recordar que los hechos sucedieron entre Minguillo, municipio de La Paz, y la trocha de Veredecia, perteneciente a Codazzi. Ahí los funcionarios del CTI iban a exhumar un cuerpo, pero en cambio fueron emboscados por una cuadrilla de paramilitares de las AUC, y más nunca han vuelto a aparecer. Confesiones de exmiembros de dicha estructura criminal han dado varias versiones de dónde están los cuerpos y luego de muchas búsquedas no han sido encontrados.
