Compartir:

El diamante que Diomedes Díaz tenía incrustado en uno de sus dientes, terminó convertido en pieza de un anillo de compromiso que porta su última compañera sentimental Luz Consuelo Martínez.

La mujer mostró la prenda de la que dijo tiene un gran significado sentimental, porque para ella cierra la promesa que le hizo el Cacique de La Junta en 2012 frente a la torre Eiffel en París, de jurarse amor eterno y del cual solo la muerte podría separarlos.

'Nos juramos amor, me entregó un anillo en compromiso de matrimonio, me dijo que solo la muerte podía separarnos y así sucedió, pero lo sigo amando, por eso cambié la piedra y le coloqué el diamante que tenía en su dentadura', dijo Luz Consuelo cuando llegó ayer al cementerio Jardines de Ecce-Homo en Valledupar para colocar la lápida en la tumba del artista.

En 1993 Diomedes se mandó a colocar un diamante en la prótesis de un diente que se le había caído, le costó seis millones de pesos, pero luego se lo quitó y lo cambió por otro que fue traído de la India, con un precio de 20 millones de pesos.

Así lo manifestó recientemente Daniel Zabaleta, sobrino de Diomedes, odontólogo de su confianza y experto en implantología.

'Sé que lo hizo porque una vez, después de cinco horas de sesión de fotos, el fotógrafo escogió una en la que se le notaba que le faltaba un diente. No le gustó y decidió compensarlo con el diamante', explicó Zabaleta.

Diomedes y Luz Consuelo se juraron amor eterno en París.

En su momento, el diamante fue considerado como una excentricidad de El Cacique de La Junta, pero luego se convirtió en una característica, la joya brillaba cada vez que el artista soltaba una sonrisa.

'Esto es lo que me queda de esa promesa de amor, este anillo no me lo voy a quitar nunca', dijo Luz Consuelo Martínez.

El diamante estaba ubicado en el incisivo 22, al lado del colmillo izquierdo y tiene una dimensión de 4.61 mm por 2.70 mm y pesa 0.39 quilates.

'Les dejo mi canto y mi fama'. Una lápida en mármol de 84 centímetros de largo por 57 de ancho, con una fotografía de Diomedes Díaz protegida con un vidrio blindado y un epitafio que dice 'el día que se acabe mi vida, les dejo mi canto y mi fama', fue colocada en su tumba.

La placa la llevaron Luz Consuelo Martínez, la viuda del artista y sus amigos Teodora Daza y José Zequeda, quienes indicaron que esto apenas es el comienzo de lo que tienen preparado para que la gente siga recordando a El Cacique de La Junta, como el más grande de este folclor.

Pasaron dos meses de la muerte de Diomedes, hasta ayer cuando se clocó la lápida. 'Nos estábamos poniendo de acuerdo de cómo iba a ser, esto es de parte de sus amigos y su familia', manifestó Luz Consuelo, vestida de negro.

Más de 20 seguidores se hicieron presentes a la instalación de la lápida, recordando al cantautor guajiro. Algunos se tomaron fotografías en la tumba y otros con Luz Consuelo y Teodora Daza.

El cantante se mandó a colocar el diamante en el año 93.

'Seguimos llevando a Diomedes en nuestros corazones, para mí sigue vivo con sus canciones', manifestó Víctor Pérez Ortíz, uno de sus fanáticos.

Iván Campo López, un seguidor de El Cacique de La Junta que en el momento estaba en el cementerio, dijo que 'estoy feliz porque le pusieron bonita la tumba a mi ídolo, tal como él se lo merece'.