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La unidad que siempre ha caracterizado al pueblo arhuaco, y que ha servido para mantenerse como cultura autóctona en la Sierra Nevada a pesar de la colonización, el conflicto armado, narcotráfico, entre otros flagelos, ahora está fraccionada por diferencias internas de poder en la comunidad.

La elección del cabildo gobernador Zarwawiko Torres generó rechazo en una parte de la etnia y entre algunos líderes de jerarquía administrativa. No aceptan el proceso de escogencia de Torres, representante legal de unos 50 mil arhuacos que habitan el macizo con jurisdicción en Cesar, La Guajira y Magdalena.

Los opositores de Zarwawiko instauraron una tutela contra el Ministerio del Interior, que ratificó la posesión del cabildo gobernador. El juez de primera instancia falló a favor del Ministerio, pero la decisión fue apelada. El Tribunal Superior de Valledupar revocó la decisión y ordenó 'tutelar el ejercicio de una verdadera autonomía, autodeterminación y autogobierno del Resguardo Indígena Arhuaco'. 

Igualmente, pidió al Ministerio del Interior y otras dependencias que coordinen la salvaguarda de los derechos de los indígenas y lleven a cabo el acompañamiento de una concertación y diálogo en el que los arhuacos puedan resolver el conflicto por el proceso electoral. Para Zarwawiko Torres lo que hay es una negativa al cambio de una gente que ha permanecido por muchos años en el poder. Niega división en la comunidad, y subraya que su gestión es incluyente y abierta al diálogo. 'Siempre resolvemos nuestros problemas bajo la autonomía del pueblo arhuaco, sin la intervención del Estado', indicó.

Los contradictores señalan que la elección de Zarwawiko fue irregular, sin consenso general en medio de la pandemia.