De los 21.000 kilómetros cuadrados de selva y páramos que conforman la Sierra Nevada de Santa Marta, solo quedan 3.570 hectáreas de bosque original, es decir el 17%; el 83% restante (17.430 hectáreas)) está afectado por la intervención del hombre. Las malas prácticas ambientales y el deshielo han dado al traste con el cauce de los ríos que nacen en el macizo, cuya oferta hídrica ha disminuido ostensiblemente en los últimos 20 años.
Lucas Echeverri, director ejecutivo de la Fundación Pro Sierra Nevada, dijo que se requiere de acciones urgentes para mitigar los efectos del cambio climático y recuperar la vegetación a partir de las ‘manchas’ de bosque primario que aún se conservan, aunado a un programa de educación ambiental con las comunidades que viven en la zona para que aprendan a valorar y proteger el ecosistema.
Voluntad de dirigencia
Además, insistió en despertar la voluntad política de los dirigentes de los departamentos de La Guajira, Cesar y Magdalena, que tienen influencia en la Sierra para gestionar los recursos que permitan salvar a esta 'fábrica natural de agua'.
Dijo que se necesitan 150 millones de dólares para poner en marcha un plan que ya tiene diseñado la entidad, que básicamente propende por una reforestación pasiva y otra activa, la primera consistente en cuidar los bosques para que crezcan solos y la segunda crear conectividad entre los existentes para que haya más represión de agua y ésta pueda conservarse.
LA ESPERANZA
Echeverri sostuvo que frente al calentamiento global no hay nada que hacer. 'Nos viene afectando desde el siglo pasado y lo que indican los estudios es que en el año 2050 no habrá nieve en la Sierra, pero dijo que la salvación para mantener la producción de agua está en los páramos debajo de los casquetes blancos y en los bosques'.
Sostuvo que 'el deshielo no lo vamos a parar, lo que hacemos es disminuir los efectos del calentamiento global, y lo detenemos con inversión, el deshielo no es lo único que produce agua, abajo están los páramos y este es una fábrica de agua espectacular, pero se está acabando. Si los páramos están en buen estado y el bosque andino también, la producción de agua es eterna'.
Manifestó que 'el plan es integral y debe hacerse con las comunidades, consiste en coger las manchas de bosques que hay, concertar con la gente que vive allá para que no lo sigan dañando, pero eso requiere ser muy creativos y tenemos que darle soluciones de vida y económicas a ellos, y cuidar la vegetación remanente'.
La pérdida de la nieve en la Sierra Nevada, entre 1954 y 1995 fue de 71.5 kilómetros cuadrados, proporcionalmente a 7.150 hectáreas. Mientras que, para el 2010 la nieve había disminuido a 7.14 kilómetros cuadrados más.
El deterioro ambiental es más marcado donde hay mayores asentamientos humanos, debido a la tala y quema de árboles y la expansión de las fronteras agrícola y ganadera, que inciden en la función de retención hídrica.
'Falta coordinación'
El presidente del Comité Agropecuario del Cesar, Dagoberto Poveda, dijo que existe otro problema y es que no hay una coordinación efectiva entre las entidades que tienen competencia sobre la Sierra. 'Los recursos se han atomizados y no solucionan nada. No hay proyectos de envergadura para este ecosistema'.
Al respecto, Echeverri reconoció que sí se presenta una desarticulación entre los entes, pero el reto está en conseguir los recursos, donde todos pongan, para trabajar de manera armoniosa.