Como una solución para mejorar las condiciones de vida de personas que no tienen manos nació un proyecto de dos estudiantes de ingeniería de la Universidad Autónoma del Caribe y un profesor. Su idea se materializó y la patente fue aprobada por la Superintendencia de Industria y Comercio. Se llama electromiógrafo en una prótesis de mano.
La resolución N° 69406 del 18 de septiembre de 2018 acreditó de manera oficial la creación de Marlon de Jesús Domínguez Franco y Daniel Eduardo Barrios Gómez, quienes contaron con el apoyo del director del programa de Ingeniería Electrónica y Telecomunicaciones de la Universidad Autónoma del Caribe, Evert De los Ríos Trujillo.
Esta, la primera patente tecnológica aprobada para la institución, comenzó a partir de una iniciativa planteada como un proyecto de grado. Esta partió de una necesidad observada por los entonces estudiantes de la universidad: un aparato que pudiera ser útil a personas que no tienen sus manos, permitiéndoles hacer cuatro tipos de movimientos, como lo son empuñar la mano, agarre en forma de gancho, agarre en forma cilíndrica y agarre con los dedos pulgar e índice, este de menor prioridad.
'Una vez validado y aprobado el proyecto, hubo una convocatoria para patentes en la que participamos. Eso fue hace dos años y hasta hace poco se hizo el proceso de estudio con la Superintendencia, contestamos algunos interrogantes y todo se dio', explicó Evert De los Ríos.
Daniel conocía a alguien en su barrio que había nacido sin que se le desarrollara completamente un brazo. De ese interés de ayuda partió el proyecto.
'Hablamos con el papá del niño y nos dio permiso, siempre y cuando este aceptara. El joven dijo que sí, que le gustaba la idea y empezamos a trabajar. Primero investigamos para ver qué existía y nos decidimos por una línea más sencilla', cuenta Marlon.
Esta creación otorga un beneficio a personas que han perdido su mano por una amputación o nacieron sin ella. 'La prótesis le sirve para tener movilidad y sobrellevar la pérdida del miembro'.
El aparato consta de dos partes, una mecánica y otra electrónica, lo cual significa un notorio avance en las precisiones al momento de agarre, gracias a la presión.
Ahora es una patente registrada, tiene una validez de 20 años desde el momento que se registró —ya van dos años— el paso siguiente es gestar la idea de negocio, hacer un emprendimiento para tener un producto final comercializable.