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Imaginarnos una península de La Guajira con grandes cuerpos de agua, ríos, vegetación y una diversidad de especies puede parecer extraño. Llegar a pensar que lo que hoy es un desierto antes fue una zona donde cocodrilos, tortugas, peces de agua dulce y osos perezosos estuvieron sonaría lejano. Sin embargo, un grupo interdisciplinario de expertos han buscado durante años evidencias que demuestran que esto es cierto.

Hace millones de años, La Guajira, tal como la conocemos hoy, no existía. Una premisa basada en los registros fósiles y de rocas y una composición geológica notablemente diferente a lo que podemos observar. Aspectos que datan de aproximadamente tres millones de años, pero que, en términos científicos, se trata de un cambio reciente.

Un trabajo de campo intenso que comenzó en 2013 e incluyó varias instituciones: Universidad del Norte, Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, Universidad de Rochester y la Universidad de Zúrich permite redescubrir esta zona e identificar cómo era en el pasado. 

Las lluvias y las plantas eran más frecuentes en La Guajira. Sin embargo, en nuestro continente se presentaba un cambio importante que tendría repercusión directa en el resto del planeta, se trata de la formación del istmo de Panamá. La unión de este corredor permitió que se conectara lo que es ahora Norteamérica y Sudamérica y las faunas empezaran a moverse. El llamado 'Gran Intercambio Biótico Americano'.

'La conexión que existía entre el Caribe y el Pacífico se interrumpió, por lo tanto la circulación oceánica cambió. Lo que estamos ahora tratando de hacer es identificar cuándo La Guajira dejó de ser una zona con vegetación a ser un desierto. Sabemos que fue después del levantamiento del Istmo, pero no tenemos con precisión la edad', explica Aldo Rincón, geólogo y docente investigador de la Universidad del Norte.

La idea, explica el también geólogo Camilo Montes, es 'ir al pasado a ver cómo se comportaba el clima hace tres millones de años' y el sitio para ir a buscar eso es La Guajira 'porque allá están las rocas preservadas'. 

Se trata de un trabajo multidisciplinario en el que se busca conocer mucho más del registro fósil para identificar lo que allí ocurría en el pasado. 

'Antes de este trabajo ni siquiera la comunidad científica del país sabía que había fósiles de esta edad en La Guajira que podían informarnos del intercambio biótico. Estamos empezando a dar los primeros datos para organizar este rompecabezas', sostiene Rincón.

Juan David Carrillo, paleontólogo de la Universidad de Gotemburgo, enfatiza en que hace falta conocer mucho más del registro fósil, pero también en general de las faunas que tenemos en Colombia y en el trópico. 'Para resolver este tipo de problemas se necesita de un grupo interdisciplinario y uno puede juntar piezas para resolver preguntas que abarcan diferentes campos'.