Una impresionante base espacial educativa fue abierta al público este miércoles en un remoto lugar del desierto de Gobi, en China, con el objetivo de explicar a sus visitantes cómo podría ser la vida en Marte.
Pero en estas construcciones blancas, que emergen de la arena ocre en medio de las áridas colinas, no hay ni astronautas ni hombrecillos verdes. Los primeros humanos en visitar la 'Base Marte 1' son adolescentes.
La inauguración del lugar se produce cuando China colma poco a poco su retraso respecto a Estados Unidos y Rusia en materia de exploración espacial, y espera enviar un día un hombre a la luna.
La base, instalada en la provincia de Ganzu, con depuradas líneas futuristas, tiene una cúpula de color plata y nueve módulos, que albergan 'viviendas', una sala de control, un invernadero y una cabina de descompresión.