Dos embriones de rinoceronte blanco del Norte han sido creados en laboratorio para tratar de salvar de la extinción a esta especie, anunciaron ayer en Cremona, norte de Italia, los científicos que participan en el proyecto.
'Utilizando los ovocitos de las dos últimas hembras y el esperma congelado de los machos muertos', un equipo internacional de científicos logró 'crear con éxito dos embriones de rinoceronte blanco del Norte', anunciaron en una declaración conjunta varios participantes en el proyecto.
'Los embriones se mantendrán en nitrógeno líquido a muy baja temperatura para ser transferidos a una madre portadora en un futuro cercano', precisó la misma fuente.
Estos embriones representan la última esperanza para el rinoceronte blanco del Norte —una de las dos subespecies del rinoceronte blanco—, tras la muerte el año pasado a la edad de 45 años del último macho, llamado Sudan, en la reserva keniana de Ol Pejeta (centro).
Las dos hembras, Najin, de 30 años, y su hija Fatu, de 19, son los últimos individuos de su especie y viven plácidamente en Ol Pejeta,
Ninguna de ellas ha podido culminar con éxito un embarazo: Fatu padece de lesiones degenerativas en el útero y Najin sufre una fragilidad en los miembros posteriores, incompatible con un embarazo.
'Transportamos desde Kenia diez ovocitos, cinco de cada hembra', explicó el profesor Cesare Galli, director de Avantea, una empresa de Cremona altamente especializada en la reproducción animal.
'Después de la incubación (...) siete ovocitos fueron considerados aptos para la fertilización, cuatro de Fatu y tres de Najin', aseguró el experto.
De estos siete ovocitos, cuatro fueron inseminados con el esperma de un rinoceronte y tres con el de otro, 'y después de diez días de incubación dos ovocitos de Fatu se convirtieron en embriones, los cuales serán preservados para su futura transferencia', añadió Galli.
A partir de cero. Los científicos ahora necesitan desarrollar una técnica para implantar estos embriones en madres portadoras, en este caso hembras de rinoceronte blanco del Sur.
'Todo el equipo tardó años en desarrollar y planificar estos procedimientos', reconoció el profesor Thomas Hildebrandt, del Instituto Leibniz de Investigación Zoológica y Animal de Berlín (Alemania).
El científico recordó hace tres semanas, cuando recogía los ovocitos en Kenia, que 'el método (muestreo) y el equipo fueron diseñados a partir de cero', con el objetivo de salvar una especie única.
Las presuntas virtudes medicinales atribuidas en Asia a su cuerno alimentaron en los años 1970 y 1980 una implacable caza ilegal que diezmó al rinoceronte blanco del Norte en Uganda, República Centroafricana, Chad, República Democrática del Congo y en el actual Sudán del Sur.
En 2008, el rinoceronte blanco del Norte ya se consideraba extinguido en estado salvaje.