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En la Secretaría de Educación de Malambo, Atlántico se guarda en unas cajas de madera un tesoro histórico para nuestro país. A mano izquierda de la entrada principal la palabra Muma indica que se ha llegado al Museo arqueológico, antropológico e histórico Carlos Angulo Valdés. A un costado otra puerta abre a la historia. Por allá en el siglo XIV quizá no existían los megáfonos con los que los vendedores ambulantes anuncian hoy las ofertas de plátanos por las calles del municipio, pero sí había una comunidad cerca a la depresión momposina que tenía a la yuca y el maíz como parte de su dieta.

Malibú puede trasladarnos a California, en Estados Unidos. Pero también data de una población. Una cercana a los mokaná que tenía una estructura social consolidada, según las investigaciones. De esas, precisamente, fue que se realizó un hallazgo arqueológico ocurrido en el marco de la construcción de la conexión vial Yatí-Bodega y que llegó el pasado 3 de septiembre a las instalaciones del Muma.

En la zona de construcción se hallaron 53 individuos, 106 vasijas, 799 846 fragmentos de cerámica, 22 643 restos de fauna y 775 líticos en un proceso liderado por la arqueóloga Natalia Álvarez Correa. Fernando Montejo, coordinador del grupo de patrimonio del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icahn), explica que este es un sitio que se identificó en 2017 en el marco de un proyecto de arqueología preventiva. Estos son los que están como obligación en la ley general de cultura.

'Se identifica este sitio que corresponde a un contexto funerario y doméstico prehispánico que tiene una cronología alrededor del siglo XIV, fecha del año 1300 más o menos. Tiene evidencia cerámica importante, un gran número de piezas completas, y también hallazgos de restos óseos humanos, de enterramientos. Estos últimos son escasos en la región y son importantes porque los análisis nos van a permitir conocer más', señala.

Como responsable de las intervenciones sobre estos bienes, la arqueóloga titular del proyecto inició la búsqueda de un espacio idóneo para garantizar la conservación del material encontrado. Fue Malambo el sitio que, tras estudios, se encontró como espacio 'para la conservación temporal de las piezas y fragmentos de la colección', según indica el Icahn.