Sobre la mañana de este martes 17 de septiembre, un ataque con explosivos sacudió la base militar de Puerto Jordán, en el departamento de Arauca, dejando dos militares muertos y 26 heridos.
Las primeras investigaciones indican que el ataque fue ejecutado con cilindros lanzados desde una volqueta, causando daños considerables en las instalaciones y sembrando el caos en la zona. Según reportes iniciales, no se han confirmado víctimas mortales.
Teniendo en cuenta que Arauca es un territorio que históricamente ha estado marcado por la presencia de grupos armados al margen de la ley como las disidencias de las Farc y el ELN, fuentes cercanas al Ejército Nacional han indicado que manejan la hipótesis inicial de que el ataque haya sido perpetrado por esta última organización criminal. No obstante, las autoridades han asegurado que continúan investigando.
Menores se vieron afectados en medio del atentado
Testigos locales informaron a los medios de comunicación que la explosión generó pánico en la comunidad. Según manifestaron, debido a que el ataque tuvo lugar cerca de un colegio, varios padres de familia corrieron desesperados a buscar a sus hijos, pues en medio del ataque algunos menores habrían resultado heridos, aturdidos o desmayados a causa del impacto de la explosión.
Esta información fue confirmada por la periodista Crisma Del Mar, residente de Arauca, a través de su cuenta oficial de X, en donde denunció: “Guerrilleros ingresaron al colegio del centro poblado y desde allí ‘ramplearon’ la base militar mientras los niños recibían clases. El caos se apoderó de toda la población. Varios menores son atendidos en el puesto de salud”.
Autoridades se pronuncian tras el ataque
En respuesta al ataque, la Octava División del Ejército Nacional emitió un comunicado informando que se estaban tomando las medidas necesarias para evacuar a los uniformados heridos y trasladarlos a centros de asistencia médica. El comandante de las Fuerzas Militares, almirante Francisco Cubides, confirmó que el Comandante del Ejército Nacional, general Luis Emilio Cardozo Santamaría, se desplazó a Arauca para liderar la respuesta militar y coordinar las investigaciones.
Las instalaciones de la base militar sufrieron graves daños. De hecho, en varias fotografías dadas a conocer por el periodico ‘El tiempo’, se pueden observar ventanas destrozadas, techos colapsados y muros agrietados como resultado de la explosión.
Ante esto, el Ministerio de Defensa condenó los hechos y aseguró que se tomarán acciones contundentes para restablecer el orden en la zona. La cartera calificó el ataque como un “acto terrorista” y reiteró el compromiso del Gobierno con la seguridad de la región.
“Por instrucción del ministro de Defensa, Iván Velásquez, el Comandante del Ejército Nacional, se desplaza a Arauca para liderar personalmente la respuesta a los cobardes actos terroristas contra la base militar en Puerto Jordán. La Fuerza Pública actuará con firmeza y contundencia para restablecer la seguridad y estabilidad en esta región del país”, precisó la entidad.
La ruptura del cese al fuego con el ELN
Este ataque ocurre en medio de la reciente ruptura del cese al fuego entre el Gobierno colombiano y el ELN, lo que ha provocado una escalada de hostilidades en varias regiones del país, especialmente en Arauca y el Catatumbo. La Fundación Paz y Reconciliación (Pares) publicó un análisis el 15 de septiembre advirtiendo sobre el deterioro de la situación de seguridad tras el colapso del proceso de paz, que ha desencadenado nuevos episodios de violencia en zonas afectadas históricamente por el conflicto armado.
Según el informe de Pares, la ruptura del cese al fuego en agosto de 2024 se debió a acusaciones mutuas de incumplimiento entre el Gobierno y el ELN. Este aumento de la desconfianza ha generado un ambiente de incertidumbre en torno al futuro del proceso de paz, lo que a su vez ha derivado en un aumento de las acciones violentas por parte de grupos armados en varias zonas del país. La situación en Arauca, con ataques recientes que han cobrado la vida de varios soldados y daños a infraestructuras clave como el oleoducto Caño Limón-Coveñas, ha sido uno de los puntos críticos de este resurgimiento de la violencia.