Durante el acto de posesión de Claudia Regina Expósito como magistrada del Consejo Superior de la Judicatura, llevado a cabo en la Casa de Nariño este martes 17 de septiembre, el presidente Gustavo Petro se volvió a referir a las intercepciones telefónicas y a la denuncia que hizo días atrás sobre la supuesta compra del software Pegasus, en anteriores gobiernos.
“Aquí respetamos a las cortes, jamás verán ustedes una interceptación telefónica, como un runrrún en la prensa, porque así dice en la prensa, queda como que éramos nosotros los que estábamos interfiriendo, cuando yo mismo lo fui”, dijo en primera instancia al respecto el mandatario nacional.
Agregó que su familia, especialmente sus hijos, también fueron víctimas de persecuciones, en ese caso por parte del antiguo DAS, porque en el Liceo Francés “sacaron fotos de los salones donde ellos estudiaban”, teniendo ellos 4 o 5 años de edad.
Sobre Pegasus, que de acuerdo a la denuncia del presidente se trata de la supuesta compra de un software por 11 millones de dólares, no reportados en el Presupuesto, desde la Dirección de Inteligencia de la Policía, Dipol, a una empresa israelí para perpetrar interceptaciones ilegales a números de celular, Petro señaló que nadie debería tener “el súper poder, alguien no electo, incluso –porque no sabemos dónde está Pegasus–, de saber qué hablamos o qué no hablamos o si nos tienen que vigilar o no vigilar, si somos peligrosos o no somos peligrosos”.
Agregó: “Los derechos de un presidente se respetan, porque si no vamos a irrespetar también los derechos de un campesino, de un niño sin agua, de una persona pobre, de un viejo sin sopa caliente en las calles, de un soldado, que ahora es agredido por el Eln que, en vez de hablar de paz, van por un muchacho, un soldado cuya madre estará llorando en este momento o preocupada si está herido”.
El jefe de Estado agregó que “siente” que “algunos” pareciera que no quieren que la actuación del presidente sea en función de lo que dicta la Constitución, sino en no permitirla para seguir en el poder.
Incluso, citó la obra Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez: “O cortamos la historia y pasamos a ser una nación respetable, donde sea posible el Estado Social de Derecho en Colombia y la paz, o son 75 años más hacia adelante de matarnos entre nosotros, y eso no es lo que queremos”.
También aprovechó para recordar que ha puesto sobre la mesa la posibilidad de un acuerdo nacional, “pero parece que la respuesta es otra”.
“Hemos tenido unos funcionarios de unos gobiernos que no han entendido qué es la Constitución y que no han entendido qué es un Acuerdo Nacional”, añadió, aclarando que para él este acuerdo no puede ser que el presidente abandone “las reformas que benefician al campesino que no tiene tierra, al viejo que no tiene el plato de sopa o al niño que no tiene el agua potable”.