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Tras la polémica que tiene en el ojo del huracán al presidente de la SAE, Diego Cancino, el funcionario se pronunció al respecto, aceptó que se equivocó con la víctima que lo denuncia por, supuestamente, haberse sobrepasado haciendo tocamientos inapropiados pero no acepta que se le llame acoso sexual. Ahora, le salió otra denuncia.

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Viviana Vargas Ávila, la denunciante, aseguró en la revista Cambio, con pantallazos de chats, que Cancino la acosó sexualmente luego de que este la citara en su casa cuando la mujer movía sus contactos para buscar empleo.

En la denuncia realizada ante la Fiscalía, la mujer, que desde hacer 13 años trabaja como defensora de derechos humanos, indicó que arribó al domicilio de Cancino a eso de las 2:30 de la tarde. Sin embargo, las cosas se subieron de tono, luego que el funcionario se le acercara por la espalda y la abrazara, para luego meter sus manos dentro de la blusa que vestía Vargas Ávila, tocando sus senos.

“Yo lo alejé de mí y le dije que no deseaba ningún tipo de relación que no fuera política y/o profesional y que mi interés no iba más allá́ de eso, que por favor respetara dicho límite”, dijo la mujer en entrevista con Cambio.

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Frente a estas acusaciones, el presidente de la SAE lamentó cualquier conducta “que haya podido resultar ofensiva para una mujer a quien conozco desde hace varios años”.

“Estoy absolutamente convencido de que en ningún momento incurrí en ninguna forma de acoso sexual en el marco de un encuentro entre excompañeros -ya que hacía más de un mes había salido del Ministerio del Interior-, y en el cual estuvimos acompañados de personas a quienes Viviana invitó en calidad de amigos suyos”, apuntó en un comunicado.

Cancino no negó que haya actuado de la forma en la que la mujer lo narra e incluso dijo que recibe “con humildad las críticas que sobre los hechos, como han sido narrados, han expresado tanto amigos como contradictores”.

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Y siguió en su mea culpa: “Asumo que a todos nos interesa y mueve el deseo sincero de que se esclarezca la verdad y que de ella se deriven las consecuencias que en los distintos planos corresponda”.

Reiteró su “compromiso” de aportar todos los elementos que se requieren para que este asunto llegue a una solución y que ha resultado “doloroso para Viviana, para mí, para mi familia, amigos”.

“Estoy comprometido con la justicia, la respeto y colaboraré plenamente con cualquier investigación para contribuir a la verdad en este tema tan delicado y que tanto dolor me causa. Esclarecer la verdad es imperativo y al final nos ayudará a todos y todas en el plano tanto personal, como colectivo”, afirmó.

El otro chat “incómodo”

Paralelo al escándalo sexual que envuelve al recién nombrado presidente de la Sociedad de Activos del Estado, la periodista y escritora, Alejandra Omaña, expresó su solidaridad con Viviana Vargas y expuso unos chats con Cancino en el que este supuestamente le insiste en querer hablar con la comunicadora.

“De ninguna manera me considero víctima de él, pero sí pasé un día incómodo por múltiples llamadas que me hizo una madrugada. Le contesté un mensaje un sábado muy tarde porque me dijo que era algo importante lo que quería hablar conmigo. Entonces expongo esto para que sepan que su comportamiento era habitual con varias mujeres”, indicó Omaña.

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Los chats de WhatsApp muestran los insistentes mensajes y llamadas que, al parecer, el exviceministro del Interior le hizo a la periodista. “¿Podemos vernos? Conversar muchas cosas. Ya mismo”, pregunta sin dar más razones de la conversación que quiere entablar.

A esto la mujer responde de manera directa: “Diego, desconozco la razón por la que me has estados buscando desde anoche, pero esto se tornó incómodo. Simplemente no quiero hablar y espero que respetes eso”.