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La llegada de diciembre en Medellín y el Valle de Aburrá volvió a estar marcada por la tradicional alborada, celebración que, pese a los controles y campañas de sensibilización, dejó como saldo a varias personas lesionadas, afectaciones ambientales y un nuevo desafío para las autoridades.

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En la noche del 30 de noviembre, minutos antes de la medianoche, estallidos de pólvora iluminaron y resonaron en diferentes zonas de la región metropolitana, en una práctica que se prolongó por cerca de una hora. Los esfuerzos preventivos desplegados por la fuerza pública, que incluyeron 1.200 uniformados y controles en puntos críticos de la ciudad, no lograron evitar que la tradición siguiera cobrando fuerza en sectores populares.

Uno de los impactos más visibles fue la capa de humo que se pudo observar desde zonas periféricas de Medellín, producto de la detonación masiva de artefactos pirotécnicos. Este fenómeno, además de su implicación ambiental, reaviva la preocupación por los efectos adversos en la fauna urbana y doméstica, un tema que organizaciones animalistas y ambientalistas han señalado de manera recurrente.

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Según reportes preliminares entregados por la Secretaría de Salud de Medellín, cinco personas resultaron lesionadas por pólvora durante la alborada, un número que ya supera los casos registrados en la misma fecha el año pasado, cuando se reportaron cuatro incidentes.

Entre los afectados hay tres menores de edad: una joven de 14 años sufrió una lesión en el rostro causada por un volador, mientras que otros dos adolescentes de 16 años también resultaron heridos, uno de ellos con quemaduras de segundo grado en la cara tras la explosión de una papeleta. Los otros lesionados son una mujer de 22 años, también afectada por un volador, y otra de 25 años, quien presentó quemaduras de primer grado por un cohete.

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Rita Almanza, líder de epidemiología de la Secretaría de Salud, señaló en diálogo con ‘Blu Radio’ que ninguno de los menores requirió hospitalización, aunque enfatizó en los riesgos asociados al manejo de estos artefactos.

Las autoridades locales expresaron su preocupación por el incremento en el número de lesionados a pesar de las medidas adoptadas. En años anteriores, Medellín ha implementado estrategias como campañas educativas y decomiso de pólvora ilegal, sin lograr erradicar por completo una práctica profundamente arraigada en algunos sectores de la población.

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La Administración Distrital reiteró su llamado a la ciudadanía para evitar el uso de pólvora y reportar casos de manipulación indebida y, en las próximas semanas, se espera que se intensifiquen los operativos y las campañas de sensibilización de cara a las festividades decembrinas, con el propósito de reducir los riesgos asociados a estas prácticas.