Diego Valencia Camayo, un niño de apenas 9 años, salió en la mañana a una iglesia en el corregimiento de Caimalito, en Pereira, a preguntar a qué hora comenzaría la primera novena de aguinaldos ese 16 de diciembre. Esa fue la última vez que se le vio con vida, días después su cuerpo sería encontrado y a tres días del atroz hallazgo existen más dudas que certezas del macabro desenlace del menor.
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De acuerdo con lo relatado por el padre de Diego, este salió a eso de las 9:00 de la mañana a preguntar por las novenas a las que asistiría acompañado de su mamá. Tras pasada una hora y sin saber del niño decidieron llamar a su celular.
“Ella (la madre) lo llamó al celular para ver por qué se estaba demorando tanto, él contestó el teléfono y le dijo que iba para el campo a jugar con un amigo; ella le preguntó que por qué se había ido sin permiso y ahí se cortó la llamada y no volvió a contestar”, le contó el hombre al diario El Tiempo.
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Mencionaron, además, que la última vez que registra WhatsApp que el pequeño estuvo conectado fue a las 5:00 de la tarde de ese 16 de diciembre. Pero lo que más llamó la atención de sus padres es que su foto de perfil había sido eliminada.
Nuevos detalles del caso
Pese a que aún no hay un pronunciamiento oficial por parte del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, de manera extraoficial se ha conocido que, al parecer, Valencia Camayo “lo estrangularon”, según le aseguró un “informante” a 360 Noticias, medio del Eje Cafetero.
Las primeras hipótesis sobre el caso apuntan a que el niño habría muerto por asfixia mecánica y que se la habría ocasionado otra persona de la que aún no se ha revelado su identidad o su parentesco con el fallecido.
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Y es que según dejan ver las cámaras de seguridad analizadas por las autoridades, al niño se le acercó un hombre que lo tomó por el hombro y ahora se configura como el principal sospechoso del crimen aunque las investigaciones apenas inician.
“Se ve a un hombre que se le acerca y lo toma del hombro. Ya al menos hay una imagen, pero sí estoy seguro que pronto habrá captura”, le afirmó la fuente consultada por el medio en mención.
La hipótesis de la muerte por asfixia contrasta con lo dicho por una fuente oficial citada por el mismo medio. “Fue estrangulamiento”, sostuvo, al tiempo en que se descartó que el cuerpo del menor mostrara signos de violencia sexual en una primera instancia.
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Sin embargo, por el avanzado estado de descomposición que empeoró por las altas temperaturas y por las lesiones causadas por aves carroñeras que deambulaban en la zona enmontada en la que fue encontrado el cadáver, puede que haga más difícil determinar con certeza estos detalles, según mencionan criminalistas.
Por eso habrá que esperar los resultados de la necropsia que determinarán con certeza las causas detrás del deceso.
Sentido adiós
En medio de la conmoción que ha causado este nuevo caso que tiene como protagonista, nuevamente, a otro niño, el pasado sábado 21 de diciembre a eso de las 2:00 de la tarde vecinos, familiares y compañeros de escuela le dieron el último adiós al pequeño Diego.
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A la sepultura asistieron también habitantes de Caimalito y del vecino municipio de La Virginia quienes con camisetas y globos blancos exigieron justicia y el esclarecimiento de la aberrante muerte.
“Nuestro padre es campesino. Una persona humilde. No le hacemos daño a nadie”, manifestó Astrid Carolina Valencia, la hermana mayor de 21 años. Diego Valencia era el penúltimo de cinco hermanos que hoy lloran la trágica pérdida de uno de los más pequeños de la familia.