En el municipio de Rovira, jurisdicción del departamento de Tolima, se cumplirán las exequias del subteniente de la Policía Nacional, Nicolás Reyes Valencia, que fue asesinado al mediodía del 24 viernes 24 de enero en Zambrano, Bolívar, donde era el comandante.
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Los restos del oficial fueron trasladados vía área desde la noche del sábado 25, día en que celebraría su cumpleaños, pero antes sus compañeros y la institución le realizaron honores póstumos en los que estuvo presente su novia Lady Valbuena, que también es policía, y con quien tenía planes para sacarse en esta Semana Santa.
Al tiempo que el cadáver era trasladado, un juez de garantías legalizaba la captura del guarda de seguridad Brayan Ramírez, quien para el momento de los hechos se desempeñaba como escolta de una empresa de valores que había llevado dinero en un helicóptero a Zambrano, y quien por razones que son materia de investigación le disparó al uniformado.
En vídeos que circulan por redes sociales se ve que antes de los confusos hechos registrados en una cancha de arena de Zambrano tanto el policía como el guarda de seguridad se habían saludado.
Este medio conoció que las audiencias en contra del señalado asesino continuarán el miércoles 29 de enero.
De otra parte, el Comando de Policía de Bolívar informó que la partida del subteniente Nicolás Reyes Valencia deja una herida difícil de sanar.
“Reyes Valencia no era solo un oficial de la Policía Nacional, era un símbolo de entrega, un hombre cuya vocación iba más allá del cumplimiento del deber. Para quienes tuvieron el privilegio de conocerlo, Nicolás era un profesional íntegro, cercano a la gente y respetado tanto por sus colegas como por la comunidad a la que servía con pasión y orgullo. Su compromiso no era una consigna, era una forma de vida, comentaba uno de sus superiores al recordar a quien veía como un ejemplo para la institución”.
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El subteniente había llegado a Bolívar hacía 5 meses, tiempo en el que desempeñó su labor entre El Carmen y Zambrano, donde era comandante de estación.
Sobre lo ocurrido el viernes 24 de enero relatan que “cumplía con su labor. La misión parecía rutinaria: custodiar una remisión de dinero en la cancha de fútbol del municipio de Zambrano, donde un helicóptero de la empresa Prosegur formaba parte del operativo. Sin embargo, la cotidianidad se transformó en tragedia cuando cuatro disparos provenientes del arma de un guarda de seguridad de la misma empresa lo alcanzaron. Lo que debería haber sido un día más de servicio se convirtió en un episodio que aún envuelve de incertidumbre a quienes buscan respuestas”.