Maestros de varias escuelas del Catatumbo comenzaron a regresar este domingo a esa región sin que se haya resuelto aún la crisis causada por el enfrentamiento entre guerrillas que hace diez días los obligó a abandonar sus casas y puestos de trabajo en busca de protección.
Muchos salieron del Catatumbo desde el pasado 16 de enero junto con miles de campesinos desplazados por la violencia entre la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Frente 33 de las disidencias de la FARC.
Pero hoy comenzaron el regreso acatando lo determinado por la Secretaría de Educación del departamento de Norte de Santander y en consenso con directivos por el comienzo del año escolar.
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Uno de los grupos que regresó estuvo compuesto por una treintena de maestros de la Institución Educativa Monseñor Díaz Plata, del área urbana del municipio de El Tarra, que cuenta con unos 3.100 estudiantes.
Sin el acompañamiento de la fuerza pública ni de ninguna entidad estatal, los profesores se reunieron frente al parque cementerio La Esperanza, en las afueras de la ciudad de Ocaña, para emprender en caravana las cuatro horas de viaje que les esperan.
Entre motocicletas y coches con improvisados carteles escritos a mano que decían “Docentes El Tarra”, profesores y directivos se reunieron para un volver a ese pueblo del Catatumbo cargados de bolsos, maletas y hasta pequeñas jaulas en las que trasladaban sus mascotas, como perros y gatos.
“Las clases se inician el martes y mañana mismo habrá una reunión con padres de familia para explicar qué medidas se van a tomar como prevención para garantizar el bienestar de la comunidad educativa”, dijo a EFE el rector del colegio Monseñor Díaz Plata, Campo Elías Pérez.
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Según el rector, entre las disposiciones de seguridad habrá “demarcación de zonas, horarios flexibles y medidas especiales para jóvenes que viven en partes rurales”.
Pérez añadió que en vista de que el conflicto en la zona ha bajado de intensidad y de que “existe una aparente normalidad en el comercio y en el transporte público, vamos a llamar a clases”.
Compromiso con los niños y los jóvenes
La violencia en el Catatumbo se ha cobrado la vida de entre 60 y 80 personas en los últimos diez días, según distintas autoridades, mientras que más de 41.000 han sido desplazadas, entre ellos los docentes, según las cifras más recientes de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Pero no todos los maestros viajaron en esta caravana que partió este domingo de Ocaña, pues algunos lo hicieron de manera independiente.
“Mi intención era que todos saliéramos juntos”, expresó el rector, “pero varios se desplazaron esta mañana y ya se comunicaron y están bien”, agregó.
Si bien circularon rumores de que al atardecer se cerrarían las vías de acceso a El Tarra por el accionar guerrillero, el rector dijo confiar en que llegarán sanos y salvos a su destino, ya que “el transporte público está funcionando normalmente”.
Por su parte, Edgar Díaz Torrado, profesor de Ciencias Sociales en el mismo colegio de El Tarra, dijo sentirse “tranquilo pero sin normalizar la violencia”.
Díaz agregó que él decidió volver “de forma voluntaria”, aunque el Sindicato Único de Trabajadores de la Educación de Norte de Santander (Asinort), dijo que no hay que presentarse en las escuelas “hasta tanto no haya garantías”.
“Hacemos parte del proceso educativo y comunitario y no queremos abandonar a los niños y jóvenes de la región”, agregó.
