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La captura de Andrés Rojas, conocido como alias ‘Araña’, uno de los jefes de las disidencias de las Farc y negociador de paz del Gobierno, ha desencadenado una crisis en el proceso de diálogos de paz. La Fiscalía detuvo a ‘Araña’ el miércoles por la noche en un hotel de Bogotá, mientras sostenía una reunión con delegados del presidente Gustavo Petro, lo que fue calificado por el Gobierno como una “trampa” que podría desestabilizar el avance de las negociaciones.

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A pesar de que ‘Araña’ no era objeto de búsqueda por la justicia colombiana gracias a los acuerdos de paz, existía una orden de aprehensión activa con una circular de Interpol. Otty Patiño, consejero presidencial de paz, llegó al lugar de los hechos y reiteró la postura del Gobierno, afirmando que la detención podría afectar gravemente el proceso de paz.

Armando Novoa, jefe negociador del Gobierno, expresó su preocupación en una entrevista con Mañanas Blu, subrayando que los diálogos habían avanzado significativamente y que se habían comprometido a participar en programas de sustitución de cultivos en regiones como Putumayo y Nariño. Sin embargo, la reciente noticia sobre la supuesta implicación de ‘Araña’ en el envío de cocaína a California ha sembrado escepticismo sobre la efectividad de los diálogos.

“Esta medida que se aplica de esa manera lo que genera es que se nos cae la mesa, quedan en suspenso los acuerdos que tenemos y se afecta gravemente a las comunidades en los territorios”, dijo sobre la orden de captura.

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“La Ley de Paz Total establece que, cuando los diálogos están en una fase avanzada, no deberían aplicarse medidas de privación de libertad”, afirmó Novoa. “Esta medida genera la posibilidad de que el proceso se detenga y afecta a las comunidades que dependen de estos acuerdos”.