En una reciente entrevista con el diario español ‘El País’, el presidente Gustavo Petro ofreció una mirada introspectiva sobre los desafíos y desilusiones que ha enfrentado durante sus dos años y medio de mandato en Colombia.
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Petro describió su experiencia como jefe de Estado como un cargo “de una infelicidad absoluta” y reconoció que el ejercicio del poder ha implicado sacrificios personales y familiares significativos.
Señaló que, desde el inicio de su administración, ha enfrentado intentos de desestabilización dirigidos no solo hacia su gestión, sino también hacia su círculo más cercano.
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“Lo primero que trataron de destruir fue a mi familia. Quisieron destruir los lazos sentimentales porque un hombre sin lazos sentimentales se vuelve duro, malo, y erra”, afirmó, aludiendo a los ataques que, según él, buscan debilitar sus lazos afectivos y, por ende, su fortaleza como líder.
Esta situación, según manifestó, lo ha llevado a un aislamiento dentro del Palacio de Nariño, un lugar que describió como una “mala imitación francesa” que no le agrada y que percibe como lleno de ‘fantasmas’.
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“Debe estar lleno de fantasmas. Tengo ganas de traer a un experto en estas materias. De todos modos, cuando la gente me abraza, me siento recargado”, precisó.
“Mi hijo fue débil y por ahí lo destruyeron”
Uno de los aspectos más delicados que ha enfrentado su gobierno es el proceso judicial contra su hijo, Nicolás Petro, investigado por presuntos delitos de lavado de activos y enriquecimiento ilícito.
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El presidente reconoció que este asunto es fruto de “un problema familiar profundo” y admitió que su hijo cometió un error. Sin embargo, enfatizó que las acciones legales han sido desproporcionadas, buscando presionarlo a través de su familia.
“Lo han castigado más allá de lo que él cometió para ver si se viene contra su padre”, expresó.
Benedetti y los otros escándalos del Gobierno Petro
Además de los desafíos personales, la administración de Petro ha estado marcada por múltiples escándalos y problemas de gobernabilidad. Una de las polémicas más recientes ha sido el nombramiento de Armando Benedetti como nuevo ministro del Interior, una decisión controvertida debido a las acusaciones previas contra Benedetti por presunta violencia contra la mujer y tráfico de influencias.
A pesar de la resistencia dentro de su propio gabinete, Petro defendió la designación, argumentando la necesidad de consolidar su equipo para avanzar en reformas clave, como la del sistema de salud.
En medio de la entrevista con ‘El País’, Petro volvió a referirse a este mismo tema, aunque en esta ocasión solo para cuestionar que el nombre del ahora mininterior hubiese sido utilizado como excusa para evitar tocar otros temas más importantes.
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“El único proceso judicial en firme en su contra es por tráfico de influencias. Si me pongo a ver todo lo que me rodea, todos hacen tráfico de influencias. Todos intentan influenciarme”, señaló inicialmente cuando se le tocó el tema de las investigaciones contra Benedetti.
Y agregó: “La verdadera pelea no es Benedetti, esa es la excusa para no hablar de otras cosas. Puse sobre la mesa el nivel de lo cumplido y todo terminó en Benedetti. ¿Por qué?”.
Tensiones internas en el Gobierno Petro
La gestión de Petro también ha enfrentado críticas por la percepción de caos institucional y la falta de transparencia
Un ejemplo de ello fue la transmisión televisada de un consejo de ministros, que, aunque buscaba mostrar transparencia, fue percibido por algunos sectores como caótico y desorganizado.
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En dicha reunión, se evidenciaron tensiones internas y desacuerdos entre los ministros, lo que llevó a una serie de renuncias y cambios en el gabinete.
Finalmente, en su reflexión, Petro admitió que uno de sus errores fue confiar demasiado en las personas que lo rodean y creer que podía impulsar una revolución desde el gobierno, cuando, según sus palabras, “eso lo hace el pueblo”.
