El clima de violencia que golpea al suroccidente del país se extendió este Jueves Santo al departamento del Huila. En horas de la tarde, un artefacto explosivo fue detonado frente a la estación de Policía del municipio de La Plata, dejando como saldo preliminar dos personas muertas, al menos 22 heridas y múltiples daños materiales.
Las primeras versiones apuntan a que el ataque habría sido ejecutado con una motobomba, aunque esto aún está siendo verificado por los equipos antiexplosivos y las autoridades judiciales.
La detonación, según se conoció, destruyó por completo las instalaciones policiales, afectó gravemente varios restaurantes y edificios cercanos, y dejó calcinadas varias motocicletas.
El pánico se apoderó de la zona. Las personas que se encontraban en los establecimientos comerciales fueron evacuadas rápidamente. Videos grabados por ciudadanos muestran el caos posterior al estallido, incluyendo el momento en que un hombre herido es trasladado en una camioneta particular para recibir atención médica.
El gobernador del Huila, Rodrigo Villalba Mosquera, repudió el ataque a través de su cuenta en X: “Condeno el cobarde atentado terrorista en La Plata. Mi solidaridad con las familias afectadas, con los plateños, gente buena y trabajadora, y con nuestra Policía. La seguridad es un derecho fundamental que el Estado debe garantizar”.
¿Se trata de una retaliación de la estructura ‘Rodrigo Cadete’?
Este atentado ocurre pocas horas después de una operación militar adelantada por el Ejército Nacional en la vereda San Pablo, del municipio de Suaza, también en Huila.
Allí, tropas del Batallón de Infantería N.º 27 Magdalena dieron de baja a un presunto integrante de la estructura ‘Rodrigo Cadete’ de las disidencias de ‘Calarcá’, y capturaron a otros cuatro hombres. Durante el operativo fueron incautadas armas largas, municiones y material de guerra.
Aunque las autoridades no han confirmado el vínculo directo entre ambos hechos, no descartan que el atentado en La Plata sea una retaliación del grupo armado ilegal frente a la ofensiva militar desplegada en la zona. El dispositivo de seguridad ha sido reforzado y las operaciones de búsqueda continúan.
Otros ataques contra la fuerza pública
Este nuevo ataque se suma a una ola de hechos violentos registrados en distintas zonas del suroccidente colombiano durante la Semana Santa.
En Mondomo, Cauca, una mujer, líder comunitaria indígena, murió y su hija resultó gravemente herida tras la explosión de un carrobomba frente a la estación de Policía.
En Cali, dos explosivos fueron hallados en menos de 24 horas frente al mismo CAI, y en municipios del Valle como Jamundí y Dagua también se registraron hostigamientos.
En cada caso, el común denominador ha sido el impacto a las instituciones públicas y sobre la población civil, que sigue siendo blanco de una violencia que no da tregua.