El Ejército de Liberación Nacional (Eln) emitió este lunes 21 de abril un comunicado en el que atribuyó al Gobierno nacional la actual parálisis del proceso de paz. Según el grupo armado, la mesa de negociación entró en crisis como resultado de lo que denominan “incumplimientos reiterados del Gobierno”, al que acusan de querer imponer un modelo de desmovilización que no responde a la realidad del conflicto armado.
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El pronunciamiento, difundido a través de sus canales de propaganda, se da meses después de que el Ejecutivo suspendiera los acercamientos formales, tras un ataque atribuido al Eln contra tropas del Ejército en Arauca. Desde entonces, los diálogos —que comenzaron en 2022 bajo el mandato del presidente Gustavo Petro— han quedado en punto muerto.
“La mesa de diálogos (…) entró en crisis ante los incumplimientos reiterados del Gobierno, que buscó imponer con perfidia su fracasado modelo de desmovilización, desarme y reintegración”, afirmó el grupo insurgente.
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El mensaje insiste en que el Gobierno ha desatendido la supuesta naturaleza política del Eln y ha optado por reducirlo a un actor vinculado exclusivamente al narcotráfico.
En el texto, la guerrilla también cuestiona las declaraciones públicas del presidente Petro, quien ha hecho énfasis en la relación del grupo con economías ilegales. Y es que para el Eln, esa posición desconoce su identidad insurgente.
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En su comunicado, la guerrilla señala que rechaza puntualmente: “La forma equivocada como el presidente viene manejando el proceso de diálogos con el Eln, apegado a las directrices del plan contrainsurgente y las falacias de inteligencia militar para atacarnos, desprestigiarnos y desconocer nuestra naturaleza de luchadores revolucionarios”.
La continuidad de los diálogos es inviable, según el gobierno
Mientras el grupo armado señala al Ejecutivo como responsable del estancamiento en la mesa, el Gobierno ha sostenido que la continuidad del proceso es inviable sin señales claras de voluntad de paz.
Las autoridades han alertado sobre la expansión violenta del Eln en departamentos como Norte de Santander y Arauca, donde se han intensificado los enfrentamientos con otros grupos armados ilegales, particularmente las disidencias de las Farc.
En la región del Catatumbo, por ejemplo, se han reportado más de cien homicidios en lo corrido del año, así como desplazamientos forzados, secuestros y enfrentamientos armados.
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Las autoridades han atribuido la mayoría de estos hechos al accionar delictivo del Eln, que disputa el control territorial y de economías ilícitas, especialmente relacionadas con el narcotráfico.
A pesar de estos antecedentes, la organización armada ilegal aseguró en su mensaje que sigue comprometida con la búsqueda de una salida negociada.
“Es necesario evitar que un objetivo noble y altruista, como es la paz, sea utilizado por la politiquería que comienza a reinar en estos tiempos preelectorales. No podemos caer en la desesperanza ante las dificultades. El conjunto de la sociedad puede contar con el Eln”, se lee en el comunicado.
Sin embargo, fuentes del Ejecutivo consideran que estas declaraciones contrastan con la realidad en los territorios. En departamentos como Arauca, donde el grupo mantiene una presencia histórica, las denuncias por amenazas, extorsiones y actos de violencia han aumentado de manera sostenida. Funcionarios del Gobierno han expresado que, bajo esas condiciones, no hay garantías para continuar con el proceso.
El Eln, por su parte, no reconoció responsabilidades en la actual coyuntura y evitó referirse a los hechos violentos registrados recientemente. En cambio, reiteró su inconformidad con el enfoque del Gobierno y sugirió que el fracaso de los acercamientos responde a una estrategia estatal para deslegitimar a la organización.