Todo un misterio se esconde tras la extraña muerte de un chileno en Medellín. El hombre fue hallado sin vida al interior de un apartamento que alquiló y que en su última noche compartió con dos mujeres que contactó por una aplicación de citas. Ellas se han convertido en las principales sospechosas del fallecimiento del hombre.
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Solo hasta hace poco se conoció la trágica noticia de que Alex Araya, un actor del país austral, había fallecido en la capital antioqueña donde pasaba sus vacaciones. Su cuerpo fue hallado el pasado 7 de junio en el Airbnb que arrendó.
Inicialmente los planes de Araya eran permanecer en Medellín desde el 1 al 11 de junio, y en los que incluía realizar una serie de tours. Durante su permanencia en la ciudad tuvo al menos dos encuentros con mujeres que contactó a través de Tinder.
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El lunes 3 y el jueves 6 se reunió con las mujeres, pero fue en esa última cita en la que el hombre, de 42 años, no salió con vida. Ese día, Alex ingresó al apartamento con dos mujeres sobre las 11:30 de la noche, según dejan ver las cámaras de seguridad.
Más tarde, a eso de la 1:30 de la madrugada (7 de junio) las citadas mujeres abandonan el sitio. A Alex no se le ve y es ese mismo día cuando es hallado muerto boca abajo pero sin signos de violencia, según relató Eduardo Araya, su hermano, al medio La Tercera.
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Por estos hechos, para la familia del chileno las dos mujeres son las principales sospechosas de la muerte de Alex que, al parecer, también robaron sus tarjetas e hicieron compras, según han podido constatar. Van más allá y aseguran que las implicadas no delinquen solas sino que harían parte de una banda criminal.
“Se llevaron sus tarjetas, vimos que hicieron viajes a través de la cuenta de Uber de mi hermano y así nos dimos cuenta de que hay más personas involucradas, que ellas eran parte de un grupo que se dedica a hacer estas cosas. También se llevaron su teléfono, hicieron compras con sus tarjetas en bencina, supermercados, en una joyería y también hicieron giros”, le dijo Araya a La Tercera.
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Ante la duda de cómo lograron hacerse con las claves de las tarjetas con las que habrían gastado en compras y viajes, Eduardo cree a su hermano le dieron burundanga y bajo los efectos de la sustancia habría cedido sus contraseñas. Sobre cómo murió tiene más dudas que certezas.
“La verdad es que hay muy poca claridad de lo que ocurrió”, dice frustrado aún más cuando todos los trámites de la investigación judicial y de la repatriación del cuerpo les toca hacerlos desde Chile lo que dificulta la recepción de información. Aunque dicen sentirse respaldados por el Consulado del país sudamericano en Colombia, insisten que no ha sido suficiente.
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“Creo que hemos logrado mayor rapidez que en otros casos, nos han ayudado bastante, pero encuentro que hay mucha desconexión entre el consulado y el Estado de Colombia. No sabemos por qué, pero quizás es porque no quieren compartir información que les afecte el turismo”, indicó.
Al tiempo que adelanta los papeleos para la repatriación del cadáver de su hermano, Eduardo continua presionando al consulado haciéndoles “hartas preguntas para saber sobre el progreso de la investigación, pero han sido superherméticos, no nos han dado mucha información. Pero no nos resignamos, nos hemos apoyado entre los amigos, en la familia”.
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La familia de Alex Araya espera que la investigación llegue a buen término y se judicialice al o a los autores del robo. No solo insistirán que se investigue el hurto sino que además se investigue la muerte de su ser querido como un homicidio.
