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Un estudio del Grupo de Investigación Salud de la Mujer de la facultad de Medicina de la Universidad de Cartagena, realizado entre 294 médicos generales de la Costa Caribe, arrojó que el 84% de estos profesionales siente un agudo temor por la COVID-19.

El ginecólogo Álvaro Monterrosa, director de la investigación, explicó que el análisis sobre percepciones, temores u opiniones respecto al virus, aplicado entre el 20 y 30 de marzo pasado, reveló además alta presencia de ansiedad y estrés laboral para enfrentar la pandemia, en el personal de esta sección del país.

'Estos síntomas de miedo se pueden explicar por las condiciones en las que laboran los médicos generales, y que alteran sus estados mentales de salud. Se sienten en desventaja desde el punto de vista de contratación, salarios y protección personal frente a la epidemia. Ello sumados a factores psicosociales como la discriminación. El miedo es un mecanismo complejo cerebral ante situaciones de riesgo', explicó el catedrático.

La sociedad y la unión de las personas, agremiaciones, etc., es la principal herramienta para la protección individual y comunitaria ante estas amenazas, sostuvo igualmente.

En la muestra, que fue voluntaria por vía electrónica, participaron médicos de Cartagena (40%), de Barranquilla (30%) y el restante 30% de las otras ciudades capitales y municipios de los siete departamentos de la región.

El 75% de los encuestados respondió sentirse incómodo cuando pensaba en la pandemia, el 71% tiene miedo de perder la vida por el virus, el 68% se siente nervioso cuando lee o escucha noticias relacionadas con la enfermedad, el 55% siente palpitaciones cuando piensa en el virus, y el 54% no puede dormir por las mismas razones.

El estudio reveló además que las médicas (60% de las encuestados) tuvieron tres veces más ansiedad que los hombres que participaron en la medición (40%).

El haber creído que tenían síntomas de la enfermedad aumentaron los niveles de ansiedad, al igual que el miedo de tener que acudir a un centro de salud. 'Factores relacionados con los sucesos del entorno son frecuentemente disparadores de ansiedad, medidas generales y personales se deben aplicar para evitar la sensación de pánico generalizado en la comunidad', dijo a su vez Velia Redondo, que también hace parte de la investigación.