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Luego de las masivas manifestaciones que arrancaron de forma pacífica en general en la capital del país, en las que de acuerdo a las autoridades participaron más de 200 mil personas, reducidos grupos de vándalos encapuchados hicieron destrozos, atacaron e intentaron entrar a las instalaciones del Congreso, el Palacio de Justicia y la Alcaldía de Bogotá, en la Plaza de Bolívar.

Al mismo tiempo, el Esmad desalojó la Plaza de Bolívar que se encontraba a reventar de manifestantes pacíficos que rechazaban los anuncios de reformas laborales, pensionales, el presupuesto de la educación, los ataques al proceso de paz y la muerte de ocho niños en el bombardeo del Caquetá, entre otros.

Los videos publicados en las redes sociales dieron cuenta de los desmanes que se produjeron después de las 4 de la tarde en el Capitolio Nacional, que fue atacado con piedras y palos, al igual que el Palacio de Liévano, donde funciona la sede de la administración distrital. Entre tanto, otros vándalos intentaban romper los vidrios del Palacio de Justicia.

También hubo destrozos en cercanías a la Plaza de Bolívar, donde las fachadas de varios negocios y entidades bancarias fueron violentadas.

Esto hizo que la gran mayoría de manifestantes de sindicatos, universidades, maestros, artistas y políticos se retiraran de la plaza y se dispersaran a través del Centro de Bogotá, con la intención de continuar con las marchas.

A la plaza empezaron a llegar al mediodía desde varios puntos de la ciudad distintas marchas que se organizaron en la capital del país, que fueron llenando a reventar el lugar poco a poco e, incluso, estaban llenas las calles aledañas. Pese a la lluvia, los integrantes de la protesta permanecieron gritando arengas y cánticos y levantando sus pancartas.