La exguerrilla y ahora partido Farc denunció el lunes amenazas de muerte contra sus militantes por presuntos grupos de ultraderecha, y urgió al gobierno con el que firmó la paz a tomar medidas.
Desde que suscribió el acuerdo que condujo a su desarme y transformación en fuerza política, en noviembre de 2016, han sido asesinados 25 personas próximas a los rebeldes, entre excombatientes, colaboradores o familiares, dijo Carlos Lozada, líder de la organización.
En los últimos días militantes de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, agrupados en dos organizaciones, también recibieron amenazas de muerte a través de correos electrónicos, según Lozada.
Un grupo que se autodenomina Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) estaría detrás de la campaña de intimidación.
Hasta 2006 operó en Colombia una organización bajo el mismo nombre que combatió a sangre y fuego a las guerrillas izquierdistas y aniquiló a cientos de campesinos en un largo historial de masacres.
Surgidas en los noventa, las AUC se desmovilizaron tras un acuerdo con el gobierno del expresidente Álvaro Uribe.
La Farc ha insistido en que los paramilitares siguen activos, aunque el gobierno lo niega y reconoce, en cambio, la exitencia de bandas narcotraficantes sin orientación ideológica.
'Exigimos al Gobierno Nacional, plenas garantías para que en el marco de los acuerdos de paz firmados, estas amenazas no queden en la impunidad', expresó Lozada.
Al mismo tiempo pidió una reunión extraordinaria con las autoridades pertinentes para analizar la 'situación de seguridad que afecta' a los exguerrilleros y sus familiares, así como en las zonas donde se concentran los excombatientes en tránsito a la vida civil.
Lozada también llamó al expresidente de Uruguay José Mujica y al ex jefe del gobierno español, Felipe González, verificadores del acuerdo de paz, a que tomen nota de sus denuncias.
El acuerdo con la organización comunista permitió el desarme de unos 7.000 excombatientes.
Aunque era el grupo alzado en armas con más poder, todavía siguen activas otras agrupaciones que también actúan en el marco del prolongado conflicto colombiano que deja 7,5 millones de víctimas, entre muertos, desaparecidos y desplazados.