La imagen que un aficionado captó en Ciénaga de Oro, Córdoba, el pasado miércoles, en la que el vicepresidente de la República, Germán Vargas Lleras, en medio de un aguacero le pegó un cocotazo 'con rabia' a uno de sus escoltas, intendente Ariel Ahumada, que al parecer trataba de despejarle el camino ante varios nativos de esa localidad que se acercaban a saludarlo ha generado múltiples reacciones.
El vicepresidente en un evento similar en Ciudad Bolívar, Bogotá, pidió disculpas públicas al escolta que había agredido, de quien destacó que lleva con él seis años y 'ha sido un funcionario ejemplar'.
'Le quiero pedir públicamente disculpas por un incidente que no debió haber ocurrido, de manera que, acéptemelas, son muy sentidas, no es poco el tiempo que llevamos juntos y reconozco que la tarea de ustedes siempre es vigilar y cuidar de mi seguridad. Lo que no creo es que eso sea incompatible con respetar a la ciudadanía, con no agredirla', sostuvo el vicepresidente.