Las heridas aún no sanan. Cada acto, cada reconocimiento, cada determinación, cada que los distintos órganos de la justicia transicional abren el grifo de la memoria del conflicto y derraman gotas de verdad el país se conmociona, haciendo un recordatorio de que a Colombia y sus millones de víctimas aún les sangran las laceraciones que dejaron más de cinco décadas de guerra.
En ese panorama de susceptibilidad, de algunas verdades a medias y otras completas, el Tribunal Superior de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) debe echarse a los hombros el peso de avanzar en cada uno de los macrocasos siendo un garante tanto para justos como para pecadores.
Y así, en medio de la tempestad y con el reloj en su contra, le llegó la ‘hora cero’ al caso 01, enmarcado en la toma de rehenes y otras privaciones graves de la libertad cometidas por las Farc-Ep.
El pasado 26 de enero, a través del Auto 019 de 2021, la Sala de Reconocimiento de la JEP imputó a ocho miembros del antiguo Secretariado de las extintas Farc-EP crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra dentro del caso 01.
'Determinados como coautores mediatos del crimen de guerra de toma de rehenes y del crimen de lesa humanidad de otras privaciones graves de la libertad, dada su participación como miembro de la dirigencia de las Farc-Ep', se lee en el auto.