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Las propuestas paralelas que hicieron esta semana los presidentes de Colombia y Brasil, Gustavo Petro y Luis Inácio Lula da Silva, de que se celebren nuevas elecciones, haya un gobierno de cohabitación y coalición y se ensaye una suerte de frente nacional para salir de la crisis de Venezuela, aparentemente no fueron del todo bien recibidas ni entre las partes ni en la opinión pública. EL HERALDO consultó la opinión de internacionalistas y diplomáticos sobre los planteamientos de los mandatarios para superar la incertidumbre democrática y la violencia oficial en el vecino país en medio de la negativa del régimen de Nicolás Maduro a publicar los resultados electorales del pasado 28 de julio o ceder el poder absoluto que ejerce desde hace más de una década.

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La excanciller y exvicepresidenta Marta Lucía Ramírez le dijo a EL HERALDO que “aquí estamos viendo no solo que la actitud de Lula y Petro es simplemente una actitud sinuosa, tendiente todo el tiempo a apoyar a Maduro. No lo hacen de frente porque saben que ha sido inaceptable, pero ha sido sinuosa porque ellos se opusieron en la reunión del Consejo Permanente de la OEA a la solicitud que todos los países querían suscribir pidiendo las actas de la elección, y ahora tienen el pretexto de estarlas pidiendo cuando estamos prácticamente a tres semanas de ese robo descarado de la elección”. 

Agregó la ex jefa de la cartera diplomática que están “dándole largas, procurando hacerle ganar tiempo a Maduro, para lograr que esa toma de facto del poder en Venezuela se prolongue sin el reconocimiento de la victoria de Edmundo González, que fue quien ganó la elección”.

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Advirtió que la cohabitación existe “cuando no se da mayoría absoluta en una elección: en este caso Edmundo González ganó por más de 30 puntos la elección, luego en una cohabitación lo que hay es un poder compartido, de dos fuerzas que son equivalentes; aquí no hay ninguna equivalencia, y mucho menos se puede hablar de nueva elección”.

Sentenció finalmente Ramírez que por ningún motivo se puede permitir el precedente que Maduro y sus aliados pretenden establecer en la región normalizando la toma del poder de hecho, la persecución sistemática a la oposición y la comisión de crímenes de lesa humanidad contra niños, mujeres, ancianos y hombres provenientes del solo hecho de exigir pacíficamente el respeto a la democracia.