Para optimizar la productividad y ordenar la oferta y demanda de alimentos, solo debían establecer por decreto una tarifa máxima de arriendo de predios rurales y delegar en los entes territoriales la zonificación de las áreas agrícolas para saber qué, cuánto, dónde y cuándo sembrar. Era así de fácil.
Mientras que el estado de decepción no se encuentra en la Constitución, está presente en nuestro sentir, en nuestro día a día; decepcionados porque “el gobierno del cambio” no hace un cambio real, no demuestra autoridad ni capacidad, toma decisiones equivocadas, los ministros no se mantienen en sus cargos y las renuncias y nombramientos son el reflejo de la debilidad.
Petro también estará padeciendo de colon hiperactivo. Las exageradas cifras de hectáreas de coca y su consecuenciales kilos de producción, más la baja incautación lograrán que el gobierno gringo mire hacia acá, para eso tiene a Marcos Rubio, quien está muy enterado de nuestra situación política, y de los apoyos gubernamentales a los grupos subversivos, ya denominados por Trump como terroristas narcotraficantes a los que prometió combatir.
Se necesita un estadista que a través de políticas públicas efectivas logre el desarrollo económico sostenible de la Nación, considerado como único medio de disminuir las desigualdades de los colombianos.