Es momento de dejar de asombrarnos por horas o días por casos como el de Sara, jugar a partirnos de dolor y luego seguir como sino hiciéramos parte del problema social del rechazo, la doble moral y el juzgamiento. No más a la indiferencia y a la normalización de todo tipo de violencias… despertemos.
Con la esperanza puesta en futuras generaciones y el optimismo de renacer hacia una nueva cultura dónde la memoria común sea un arma letal contra la subversión de los valores, con hombres capaces y probos, de conducta moral y ética irreprochables, quizá entonces valga la pena comprometernos en seleccionar a nuestros representantes sin fallar en el intento.
Programas y políticas para reducir la pobreza, promover la inclusión social, proteger los derechos de las comunidades indígenas y afrodescendientes, y fomentar la equidad de género. Se debería fortalecer las unidades productivas con capital semilla.
Parece ser que el número de efectivos en la Policía del país es menor de lo calculado en el momento para lo que necesita Colombia. En este resultado habría que concluir que podrían necesitarse para toda Colombia 50 o cien mil efectivos más.