Escribiría este texto en anonimato, ya que Dios dice que nuestros buenos actos y nuestras muestras de fe las hagamos en silencio, pero les contaré quién soy para que vean, especialmente los jóvenes, que nunca es temprano para comenzar a creer y acercarse a Dios.

Mi nombre es Francisco Castillo Saker, tengo 16 años y vivo en la ciudad de Barranquilla, en Colombia, donde nací. Soy un joven alegre al cual –como a todos los jóvenes– le encantan dos cosas: las fiestas y las mujeres, pero sobre estas dos cosas y el resto de cosas materiales, en mi mente siempre está lo más importante, Dios.

Muchos han estado buscando la razón por la cual el papa decidió renunciar a su pontificado, algunos dicen que es porque ha perdido la fe, otros porque está cansado de los conflictos que hay dentro de la Iglesia Católica.

En mi opinión, para entender por qué renunció el papa, debemos partir del punto de que, si bien las cosas siempre pasan por alguna razón divina, no hay que buscar la razón por la cual Joseph Ratzinger tomó esta decisión, sino pensar con profundidad y preguntarnos por qué Dios quiso que esto pasara.

La razón oficial que nos dio el papa sobre el motivo de su renuncia fue su falta de fuerzas para continuar cumpliendo las tareas de sumo pontífice como deben ser. Independientemente de lo que piensen muchos acerca de si este es el motivo verdadero o no, yo me he preguntado, ¿por qué quiso Dios que el Papa se sintiera sin fuerzas para seguir en su cargo y consecuentemente renunciara a él?

La razón por la cual Dios hizo que se diera la renuncia del papa fue por la gran falta de fe que existe hoy en día en nuestro planeta. Pregúntense, cuántos ateos, incrédulos y personas que nunca se les cruzaba la palabra Dios, la palabra religión o la palabra iglesia por la mente han estado hablando sobre este tema luego de la renuncia del papa, ya sea con motivo de burla hacia la Iglesia o con cualquier otro motivo. El punto está en que Dios logró ponerse en boca y mente de quienes no lo pensaban y no hablaban sobre Él desde hace mucho tiempo y al haber logrado esto, solo le faltó enviar un rayo de luz a la punta de la cúpula de la basílica de San Pedro, con el motivo de hacerle creer al mundo entero, pero en especial a los ateos y a los que no creían en su existencia o tenían una fe débil, lo que muchos calificaron con obviedad como una muestra de la rabia o ira que sintió Dios por la renuncia del papa Benedicto XVI.

A Dios no le interesa si piensan que el rayo fue una muestra de rabia o si fue una muestra de alegría, pues ya con la fe Él podrá darles a entender esto y muchas cosas más, a Él solo le interesa que con esa supuesta muestra de rabia pudo recuperar la fe de muchas personas que vivían una vida alejada de Dios.

Tal vez no falte el necio o el ignorante que dice que la caída del rayo horas después del anuncio de la renuncia del papa fue una simple coincidencia y que no demuestra la existencia de Dios. A estas personas les envío un cálido abrazo de hermano a hermano y solo puedo hablarles sobre el pesar que me dan, porque en esta vida lo que por necio no se aprende, se aprende con experiencias, y es muy probable que estas sean dolorosas, pero bien:

“El que tenga oídos para oír que oiga, el que tenga ojos para ver que vea”. Palabra del Señor.

El día después de haber resuelto mi reflexión, me entero de que uno de los problemas más grandes que Joseph Ratzinger vio durante toda su vida sobre la Tierra es la falta de fe por parte de los seres humanos.

Después de haber leído mi opinión, ¿crees que Benedicto XVI cumplió su misión?

atatur59@hotmail.com
Estudiante de 11A del Colegio Britanico de Barranquilla