Hoy hablemos de los caminantes que son tantos buscando ahuyentar el infarto y ponerse esbeltos. Los hay de trayectos largos hasta para competir. Sigue siendo el MAS GRANDE en Colombia el cartagenero Vicente Martínez Emiliani, que a los 80 años recorre todas las mañanas Cartagena en 3 horas. Lo está haciendo durante décadas.

Sala a las 5 am desde Manga, luego pasa el Centro de Convenciones, va por el reloj, avanza hasta el Hotel Hilton, da vuelta por el Club Naval y al regreso sigue por el Pie de la Popa. Solo, sin coequipero.

Alguna vez lo enfrenté para Tv contra Urbano Medina, del restaurante el Merendero, con lluvia y el barranquillero hizo el mismo recorrido de "Espaldas". Y vestido con una marimonda. Ese programa lo titulé "La Marimonda Lluviosa"

A don Vizo, Ex Presidente de la Academia de historia, le salió un "gallo" en Barranquilla y es el periodista Benedicto Molinar, es que a los 77 años recorre Barranquilla a pie todos los días. Ese pasa como 6 o 7 horas si se contabiliza sus trayectos. Ese no sabe lo que es montarse en bus.

A Benedicto le prometieron casa cuando se la destruyó un incendio y anda todo amargado porque la ayuda fue ínfima, para lo que se necesitaba. Que tal enfrentarlo al Cartagenero por una "causa noble", como seria conseguirle un "Buen Techo" que se lo merece?

La idea me está rondando. Y a lo mejor la pongo en práctica.

Por razones de espacio no me ocupo hoy de otros caminantes que en esta crónica debo mencionar, pero habrá otro FLASH el lunes con más datos y detalles. Además acepto sugerencias y aportes al tema.

Adelanto que cuando tuve una depresión seria, le dije a Vizo que le iba a acompañar. Pero solo resistí hasta El Hilton. Eso fue en Cartagena. Es que este marchante es la verraquera y al único que le teme es a la marimonda!

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El capitulo del día de hoy, incluido en mis Memorias "Antes de que se me olvide", está dedicado a:


RAFAEL ESCALLON VILLA..Periodista

En la revista Selecciones hay una sección denominada: "Mi Personaje inolvidable". Si a mí me tocara escribir sobre el mío, no lo pensaría dos veces para señalar a Rafael. Conocerle me marco y me sirvió para toda la vida. Me enseño a vivir, a ser leal con los amigos, a conocer los secretos del periodismo, a no hablar mal de nadie, a repartir bien el día. Era un gocetas, un maestro de maestros de la diplomacia, un encantador de serpientes para ganarse a la gente. Era único. Todavía no he conocido a una persona que se le asemeje. Físicamente se parecía a Gregory peck o Liam Neeson, el protagonista de "La lista de Schindler". Alto, larguísimo, media como dos metros, siempre elegante, era un lord perdido en el trópico.

Conocía como a nadie a Cartagena y por eso hizo un periódico para Cartagena. En ese aspecto era un sabio. Convirtió durante 68 años el Diario de la Costa en algo tan importante como el desayuno para los cartageneros. Siempre estaba avante en el progreso de la ciudad. Fue el primero que habló de abrir casinos, aun en contra de la iglesia, y a nivel nacional se atrevió a insinuar la legalización de la marihuana, cuando era peligroso hacerlo. Tenía ciertos códigos de conducta. No le gustaba que se hablara mal de las personas delante de él y repudiaba a quienes se expresaba con palabras obscenas.

Las exageraciones colombianas de exaltar a deportistas y artistas, las consideraba como "tropicaloides". Y a los periodistas que no verificaban las noticias los llamaba "reporteros de esquina".

Invento un sistema para vivir feliz y sin problemas. Creo un puesto en el periódico denominado "El Cogerrabias". Era la segunda persona en el Diario de la Costa, cuyo función era tomar para él todas las rabias, conflictos y problemas que le presentaran a Escallón. Por eso le pagaba muy bien. Nunca el funcionario, que durante años fue el mismo, podría permitir que de su oficina a la del jefe pasara algún problema que le fuera a dañar el día. Cuando él llegaba a su despacho, todos los conflictos usuales de sobregiros, demandas, cartas inapropiadas, gastos, etc, debían tener solución por parte del "cogerrabias". Un ejemplo: Como todos los días hacia vida social, siempre aparecía un lagarto solicitando una columna para escribir. Escallón nunca decía que no. Apoyaba la idea y le daba una tarjetica para que entendiera con el "cogerrabias". Enseguida llamaba a su funcionario y le decía que se quitara de encima al recomendado. Cuando la persona llegaba con la tarjetica, le decía que sí, que como no, que dejara el primer artículo, y empezaba un carameleo sin fin. Molesto, el aspirante a columnista, volvía donde Escallón y este fingía estar iracundo, que iba a botar a ese empleado irrespetuoso, que ya estaba cansado..y todo estaba terminado. Era un maestro de maestros de la diplomacia, a su manera y estilo.

No he visto su sistema de vida en otra persona. Era apasionado por el mar, decía que era la farmacia de los pobres. Se levantaba a las cuatro de la mañana y recorría las playas a pie, junto con un grupo denominado "El Club del Mar", el que integraban: Carlos Barraza, Enrique Vergara Moreno, mi tío Emilio Zea, Jorge Dau, don Pablo Capella, el Pio Gómez, los irisarri-padre e hijo- Juan Ignacio Gómez Naar, entre muchos otros. Luego del mar, visitaba a su mama, doña Emma, tan alta como él. Después escribía su columna "Anotaciones de un Diarista" y se iba a desayunar donde el alemán Frank Dorleaning, en la playa. Luego, lectura de periódicos, llamadas telefónicas y aparecía por el Diario a las 12 y 30de la tarde.

Permanecía dos horas, y de allí invariablemente, tenía una reunión social. Puedo garantizar que durante más de 50 años, no hubo día que no se hubiera reunido con sus amigos, a quienes denominaban en Cartagena "La Pesada". Diariamente, las reuniones se hacían en casas distintas para no aburrirse. Siempre había una persona invitada. Esos ágapes terminaban a las siete u ocho de la noche. Luego el grupo compro una finca en Turbaco-Pambelé fue su vecino-, para que los fines de semana "La Pesada" tuviera esparcimiento más amplio. Tenían himno, presidente y sucursales en varias ciudades, es decir, profesionales en tomar trago y líderes de la conversación.

Yo era muy jovencito y ellos me recibían, algunos con ciertas críticas, pero Escallón daba el visto bueno. Todos ellos me llevaban entre 15 y 20 años, de ahí que haya visto fallecer a muchos de ellos, pero ahora hay descendientes de "La Pesada" original y algunos sobrevivientes. Aquello era una maravilla para aprender y saber divertirse sanamente. Buen Whisky, buenas picadas, componer el mundo, día tras otro. Mi presencia era diaria, pero por ratos. Iba, me tomaba dos tragos, volvía me tomaba otros tres y así pasaron tantos años. Con esos amigos aprendí el arte de la conversación y las buenas maneras. Fue una autentica universidad. Escallón me quería como a un hijo y además, lo decía.

Gran parte del éxito que tuve en Cartagena se lo debo a él. Desde los 17 años trabaje en su periódico. Me permitía lo que ningún otro periódico del mundo es posible: Me dio una página entera todos los días, y podía explotarla económicamente. Tan joven y fui poderoso, eso me trajo mucha envidia, muchos enemigos, pero aquello está olvidado. Me quería mucha gente, pero también tenía detractores, pero unos y otros me leían. Lo mío era un record. Gracias a Escallón yo tenía llaves para dormir en tres hoteles a la vez; no había restaurante, bar, discoteca, grill donde yo no entrara sin pagar.

Era un dominio total. Las agencias de viaje me regalaban tiquetes mensualmente, yo los acumulaba para poder ir al extranjero. Estuve 16 veces en Europa; no hay país del Caribe y gran parte de Suramérica que no haya visitado en varias ocasiones. Conocí a los famosos que aparecen en este libro, los trate e intime con ellos debido a lo que yo representaba. Me daba el lujo de invitarlos: yo a ellos, no ellos a mí. Por eso fui ganando simpatía internacional y en el curso de muchos años, cuando aparecían por la ciudad terminaban siempre buscándome. Algunas personas se extrañaban de verme tan joven y haber vivido tanto, no lo aceptaban y le preguntaban a Escallón por mi verdadera edad; él siempre les respondía: "Edgar tiene 20 años, pero multiplicados por cuatro"..

Todos los integrantes de "La Pesada" eran profesionales, pero la importancia del grupo giraba alrededor del jefe que venerábamos todos. Podía haber una reunión numerosa, pero apenas aparecía el "largo", él era la atracción. Tenía un aura, un carisma que pocas veces he visto. De la primera época eran componentes de "La Pesada": Alfredo Amín, Juancho Arango (padre de Alicia), Carlos Arturo Pareja (un personaje fascinante, que usaba guayabera con corbata larga), el profesor Lisandro Romero Aguirre, Manuel Pretel Martínez, Rogelio Méndez Bridge. Luego se integraron: "El Muelle" Vélez, Fausto Velez, el marqués de Bobadilla ("Pepillo" Martínez Aparicio), Jesús Llamas Mendoza, Santander Urzola, Orlando López, Carlos Rumie, Fernando Pardo Quintana, William del Valle, el ex alcalde Juan Pupo Mora, Héctor Rojas Herazo, Alfredo del Campo y Castro, Carlos Cruz Echevarría, Luis Camero Peña "El Brother", Tuto Morales, "Fun" Lequerica, Alberto Méndez, Miguel Sebastián Guerrero, Jaime González Amador "El Gran Gonza", Nacarillo, William Salej, Gustavo Hernandez, Nepomuceno Burgos, Augusto Tono-el arquitecto- Amahury Vélez, Salustiano Fortich Avila, Simón Bossa López, el "Georgi" Cabrales, Fernando Díaz, Miguel Mendez, uno de los mellos Emiliani, y Jaime Jacaman. En el capítulo Bogotá: Ramiro de la Espriella, Mario Gareña, Rafael Espinosa y Rebeca Torres "La guerrilera", única mujer aceptada junto con la mejor anfitriona que he conocido: Margot Ghisays, célebre por sus reuniones semanales.

Por "La Pesada" pasaron muchos personajes en calidad de invitados. De ellos recuerdo al ex presidente Betancourt, al ex presidente Misael Pastrana (varias veces), al chef segundo, un falso conde de nombre Pepe Pineda, un magnate Uruguayo a quien le decían "Zapatón" porque tenía los pies grandes, Sonia Ledesma-una mujer espectacular que traje de Venezuela, más otros amigos que aparecieron en reuniones como Roberto Ledesma, Leo Marini, el mago Borletti, Palomo Linares, Luis Miguel Dominguín, el "Negro" Palomino. A ellos se les ofrecía una recepción.

Hoy día todavía "La Pesada" sesiona los viernes y sábados pero falta el principal. Se nos murió Rafa, de tristeza, de depresión-me imagino- al ver su periódico cerrado. Murió en Bogotá, lejos de la ciudad donde fue rey tantos años.

Cuando trajeron sus cenizas vino a mi mente este pensamiento; "Hombre tan grande, terminar en una urna tan pequeña". Una mención a su hermano Álvaro (porque el "pichi" también falleció), tan alto como Rafael, inteligente como el, pero muy distinto en el carácter y en la forma de ver la vida.

Igualmente, mis recuerdos para sus hermanas. Tengo que hacerlo, porque en el fondo fui casi un familiar para ellos.

He querido dejar de ultimo la cercanía que tuvo Rafa en los Ángeles, California con luminarias del continente, cuando eran sus "panas" de bohemia en su juventud. Ellos: Carlos Julio Ramírez (cantante), Luis Procuna (torero), Miguelito Valdez "Babalú" (cantante), Tony Aguilar (actor y cantante mexicano) y Cesar Romero (actor de cine de Hollywood). Cuando pasaron los años cada uno por aparte se consagró como estrella. Y de vez en cuando venían a Cartagena a visitar a Rafael, el me enviaba a buscar a sus amigos al aeropuerto y luego nos reuníamos con ellos en varios lugares. Como eso ocurrió muchas veces, esos famosos terminaron siendo amigos míos. Con cada uno de ellos podría escribir un capitulo, pero voy a limitarme a "Babalú" por un par de episodios que ocurrieron que bien vale la pena recordar.

Miguelito era alto, pelo indio, siempre con un puro en la boca. Cuando estaba con "La pesada" terminaba cantando "Begin the Beguine" o "Babalú"..

En una de aquellas visitas a la ciudad, lo invite a él y a Celia Cruz para que fuéramos al local de un argentino, Ernesto Nocetti (padre de Andrea, ex señorita Colombia) que estaba de moda y se llamaba "Sandwiches Cubanos". Celia me dijo que ella no iba a un lugar que tuviera ese nombre y lo dirigiera un argentino. Miguelito si me acompaño. Yo le había dicho a Nocetti que consiguiera un fotógrafo para que quedara el recuerdo de la visita. La reunión fue muy agradable, matizada por la simpatía de "Babalú" y la aceptación que tuvo el sandwiche que le preparo Nocetti. Le insinué a Ernesto Nocetti que inventara un sandwiche más grande, que fuera el doble del normal y lo bautizara "Babalú" en honor al cantante que lo honraba con su visita. Ernesto dijo que lo haría y daba su palabra, pero cuando Miguelito Valdez se muriera.

Una semana después "Babalú" se presentó en el Hotel Tequendama en Bogotá alternando con Mario Gareña. Hasta allá fue Rafael Escallón Villa, su íntimo amigo y se sentó en primera fila. Cuando terminó Mario Garella, anunciaron a Miguelito "Mr Babalú". El entró al escenario, y de forma dramática dijo frente a su amigo Rafael Escallón:

"Perdón, señores"..y se desplomó. Un infarto fulminante.

Por supuesto, durante algunos años usted podía pedir en los "Sandwiches Cubanos" de Cartagena un "Babalú" que era dos veces lo normal. Y en el principal local había una foto ampliada de "Babalú" con su famoso puro.

No sé si todavía los "Babalú" están en el menú de estos restaurantes…

El incidente más serio ocurrió cuando el también cantante René Cabel llamo a Estados Unidos a la viuda de "Babalú" para informarle de su muerte. Ellos eran vecinos de Bob Hope, el famoso cómico. El mismo René indignado me contó el dialogo que sostuvo:

"Señora, llamo para informarle que Miguelito murió anoche de un infarto en Bogotá. Lo lamento". Y le preguntó ¿Cuándo le envío el cadáver?.

La viuda, una norteamericana, contesto: "No se preocupen. Entiérrenlo allá. Cuando pasen los años yo ire por los huesitos. Ahora lo que si necesito con urgencia es la copia del contrato por aquello de los seguros"..

René Cabel, le tiró el teléfono a la viuda.

Y el cadáver de Miguelito fue enterrado en México, por gestiones de sus paisanos Celia Cruz y Celio González..

Por Édgar García Ochoa