En reciente entrevista el profesor Maturana afirmo que aprendió a vivir la buena vida con el Zurdo López, quien le enseño a beber, a conocer el mundo y a aficionarse a las carreras de caballos.

Y algo más, reveló que el Zurdo, el consentido del Junior, sabe tocar el bandoneón y es experto en tango.

El 15 para los interesados: Vuelve a SOLANGEL. Quienes desean apartar citas con ella desde ya pueden hacerlo en el cel: 311 2579968.

Si algo sirvió la reunión en Cali de los Presidentes de Chile, Perú, México y Colombia, es que al fin podremos viajar a esos países sin los trámites de visas tan lentos y fastidiosos.

Víctor Sánchez el periodista samario que ha colocado en la web un documental sobre Diomedes Díaz se salió con le suya. Desde hace rato tenía la obsesión de hacerle un homenaje a quien admira tanto.

Víctor es de las pocas personas a quien Diomedes no le tiene desconfianza, de los que trabajan en los medios. Fue su confidente y guía en Europa cuando el cantante estuvo de paseo en Paris.

Con Víctor hemos tenido un proyecto precisamente para España que ha quedado aplazado, pero por el dialogo que tuvimos ayer, pueda revivirse. El vive en España donde se mueve como pez en el agua en la farándula.

Vaya revelación la de los muchachos de ahora que están jugando a la "ruleta sexual", que no es otra en otros tiempos que el "juego de la botella". .pero sin sexo.

A raíz de mi FLASH sobre los caminantes, el abogado cartagenero Senén González, me envió este trino: "Los mejores caminantes son los locos. No se preocupan por el catastro ni la valorización. Mueren viejos".

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En el capítulo del día de hoy de mis Memorias "Antes de que se me olvide", la historia de…

EL SANTO..EL ENMASCARADO DE PLATA, LUCHADOR MEXICANO

Humberto Cortez era un luchador boyacense que en sus años mozos vivió mucho tiempo en México y apareció en algunas películas de lucha libre. Residiendo en Cartagena con una ex vedette mexicana, hizo amistad conmigo. Le decían "El Mexicano"; tenía para ese tiempo, y tenemos que situarnos hace 40 años, unos alardes de rico y playboy que impresionaban en el medio cartagenero. Poseía una finca en las afueras de la urbe, con piscina y discoteca. Su carro deportivo era la sensación local, y como era lógico, con mujeres por montones. Constantemente Cortez hablaba de sus tiempos de luchador y en una de esas conversaciones conmigo, surgió la idea de traer a Colombia, nada más y nada menos que al famoso luchador El Santo, El enmascarado de plata, de quien Humberto aseguraba era su amigo íntimo. El Santo, sin duda para esa época era un ídolo de multitudes, tanto para los adultos como para los niños. Pusimos manos a la obra y los contactos fueron positivos, pero El Santo hizo una contrapropuesta, que vinieran con el otros luchadores y se hiciera una mini temporada de varias peleas.

Convinimos en complacerlo y se anunció la fecha de llegada junto con los luchadores El Rayo de Jalisco, El Rayo Azteca y los célebres hermanos Cadena, argentinos, que actuaban en la arena armados de cadenas. El solo anuncio de la llegada de semejante luminaria, puso a la ciudad en enorme expectativa. Organicé un recibimiento digno del visitante para escoltar al enmascarado y sus acompañantes hasta la finca de Cortez donde se iban a alojar. Llegamos al aeropuerto y nos encontramos frente a frente con El Santo. Vino con su célebre mascara, que nunca se quitó en las dos semanas que permaneció en la ciudad. Era regordete, más bien bajito, y de cortas palabras. Luego de saludar a centenares de fanáticos que fueron a esperarle, salió en una moto escoltado por decenas de vehículos similares hasta la finca de "El Mexicano".

Se programaron varios combates en la vieja plaza de toros del barrio San Diego, siendo la central, la de El Santo con los hermanos Cadena. Se suponía, y eso ocurre en todas las luchas libres del mundo, que las peleas son arregladas, ensayadas y más, tratándose de un hombre tan famoso. En esa velada el Circo Teatro se llenó de bote en bote, y paso algo que no estaba en el libreto. El Santo, el mismísimo Santo, el que jamás perdió una pelea en el cine ni en las tiras cómicas, recibió una soberana paliza de sus contendores argentinos, afectándonos a todos los que nos vinculamos a su llegada. La taquilla para los siguientes combates bajo notablemente, porque la derrota del Santo fue considerada una vergüenza, una humillación, un inesperado hecho. En la finca, el Santo tuvo que ser atendido por un médico, porque las cadenas de los hermanos Cadena, valga la redundancia, lo maltrataron mucho. Luego supimos que entre al astro mexicano y los argentinos existían una vieja rencillas desde México, y la ventilaron en serio en Colombia. Otra actividad que tuvo El Santo, además de luchar fue servir de jurado en un concurso que organicé en la Emisora Fuentes, donde niños cartageneros tenían que traer un dibujo de su ídolo para luego ser calificado por el mismo Enmascarado de Plata. Aquello si fue un éxito extraordinario.

Fuera del ring El Santo hablaba poco, y como siempre andaba enmascarado por la ciudad, constituía una curiosidad para quienes lo veían. Su paso por nuestra tierra dejo algunas anécdotas, como la del huésped del Hotel Americano (hoy Almirante Estelar), que fue a entrar a un baño y se encontró sentado en la taza al Enmascarado (el susto que se llevaría). El mismo lo contaba con cierta gracia.

Me hablaba mucho de su socio Roberto Cruz, con quien no solo tenía vínculos comerciales en cine y libros, sino también la propiedad de una cadena de mueblerías. Una noche hizo una aparición conmigo en un cabaret de nombre "El Príncipe", de propiedad del taxista Jaime Jiménez su llegada fue una locura. Imagínense no menos de 50 mujeres ofreciéndose al luchador. Allí intimó con una copera a quien llamaban "gitana", la que posteriormente le contó a Cortéz que El Santo era un buen amante, pero que la maltrataba mucho con la máscara.

A El Santo le gustó tanto Cartagena que posteriormente vino a filmar una película que produjo Guillermo Gálvez, con la dirección de Fernando Orozco. Con él vinieron el torero Manuel Capetillo, padre del actor, Ana Luisa Peluffo, Joaquín Cordero, Víctor Junco y Sonia Furió.

Muchos años después apareció otro Santo, pero no era el verdadero, lo trajo un paisa de apellido Calle y lo hizo pasar todo el tiempo como el de las películas. Una de las fallas que tuvo este falso personaje, fue cuando llego al aeropuerto pensando que no iba a ir el público a recibirlo; bajó del avión sin máscara, y como había periodistas indagando por él, tuvo que subir al avión, y luego bajar personificando al luchador. Santo, el verdadero, murió, y ahora existe el hijo de El Santo, quien se vio conmigo 30 años después de este relato. Fue emocionante el encuentro y lo grabe para Flash en Tv, en Telecaribe. Coincidimos en todos los pormenores que relato. El hijo también me pareció corto de palabras, aun cuando es más alto de estatura y no regordete. Para hacer más completo este recuerdo empecé a indagar en la Cartagena de hoy con los amigos que parrandeamos con Humberto Cortez, el inolvidable mexicano, y tanto Silvio Vásquez como Amahury Muñoz no tenían noticia de él. Quise buscar a Álvaro Hernández, otro que andaba con nosotros y no lo ubique. Pero apenas salió mi entrevista con el Hijo del El Santo, el programa fue visto por unos sobrinos de Humberto, Hijos de Henry, y me llamaron por teléfono emocionadísimos de que alguien se acordara de su tío y mostrara al mundo la amistad que tuvo con él. Según ellos, que hoy son industriales de éxito en Bogotá, Humberto Cortez "El Mexicano" murió de avanzada edad y nunca volvió a Cartagena. El luchaba con el nombre de Ray Cortez.

Una nota final de El Santo. En una ocasión anuncio que iba a mostrar por única vez su rostro por televisión, por eso millones de mexicanos se apostaron frente al televisor. Santo se bajó la máscara rápidamente, apenas por tres segundos. Sobre su identidad, conocí año después el testimonio de Iván Moreno, un ex luchador que hoy es chamán de éxito y vive en Bogotá luego de largas temporadas en Europa. Según el, el rostro de El Santo era tan común que los luchadores le decían "El Profe", porque tenía cara de profesor.

Y el mismísimo "Chapulín Colorado", Roberto Gómez Bolaños, en sus Memorias relata que en una ocasión iba con El Santo y su elenco de "Chespiritu" a una presentación en Centroamérica y cuando iban en el avión todos los artistas mexicanos conversaban y se sabía que El Santo tenía que bajar sin máscara a ese país. Los mexicanos bajaron y Gómez Bolaños se le acercó a El Santo, cuya identidad no la conocía ninguno de los que iban en el avión, y le dijo en voz queda: ¿Cómo estas Santo?

El luchador se sorprendió al verse identificado y le dijo que no lo delatara pero que le manifestara como lo supo..

Y la respuesta de Gómez Bolaños fue:

"Por sus manos. Me puse a observarle en el avión"..

Tuvo más suerte que yo. Quince días con él en Cartagena y nunca supe con quién estaba realmente, por lo menos en cuanto al rostro se refiere.

Nota posterior a la primera de estas memorias

En septiembre vinieron desde México dos productores de cine que estaban recopilando datos sobre la vida del legendario luchador y actor para una película que van a realizar. Estuve con ellos recordando mi amistad con El Santo durante las veces que vino a Colombia..

@flashedgarg