Retomando la gran historia del invento del automóvil y la consolidación de una marca líder en el mercado desde 1900 a la fecha, revelaremos el origen, un poco mágico y hasta novelesco del nombre que la identifica.

Mencionamos que existen dos mujeres, dos hadas madrinas claves en la estructuración de este gran símbolo de lujo, sofisticación, innovación en el mercado automotriz. Una de ellas Berta Benz, quien, financió la patente del primer vehículo de tres ruedas con motor de combustión interna con gasolina.

Paralelamente, Gottlieb Daimler y Wilhelm Maybach empezaron a desarrollar el primer vehículo de cuatro ruedas a motor. Una vez obtenida la patente crearon, en 1889 la empresa Daimler Motores.

Siendo competidores furibundos en ese momento, las empresas germanas Benz & Co. y Daimler Motores, cada uno con sus patentes propias, enfrentándose en el mercado en ese momento, estaban edificando sin saberlo, lo que sería en unos años la exitosa fusión de sus compañías, y la creación conjunta de la marca estrella: Mercedes-Benz.

Los aportes para la construcción de esa gran fusión están repartidos: Mercedes, como marca de Daimler Motors, llegó a ser parte de los activos intangibles de la compañía, de una manera bastante peculiar: más por giros del destino, que de una estrategia de mercadeo planificada. Los aportes de Benz & Co. están claramente identificados: el nombre Benz, por el apellido de sus inventores y la primera patente de automóvil, su gran y principal aporte.

La historia del nombre Mercedes para identificar los automóviles tiene una curiosa historia y surge de una mixtura, entre un capricho infantil y una limitación legal. En la historia de la empresa Daimler-Motors hay una persona muy importante: Emile Jellinek.

El señor Jellinek, cliente de Daimler Motors, era en ese momento cónsul general de Austria en Niza, quien decidió competir en el Tour de Niza. Para participar en dicha competencia escogió un automóvil Daimler modelo Phoenix.

Su hija de 10 años, le insistió, una y otra vez que para darle suerte en la competencia debía estampar su nombre en el capó del Daimler modelo Phoenix. El auto ganó esa y sucesivas carreras con gran ventaja sobre sus competidores, llevando pintado el nombre de la hija del señor Emile Jellinek: Mercedes.

La insistencia de esta niña de 10 años dio como resultado no solo llevar su nombre estampado en el auto de su padre para la competencia Tour de Niza, sino que se convirtió en el nombre que llevarían todos los automóviles de la empresa Daimler Motors, gran competidor de Benz & Co. Esta es pues la segunda hada madrina que aparece en esta magnífica historia.

Pero, ¿cómo este capricho infantil, de la hija de un cliente de Daimler Motors, logra traspasar a ser el nombre que identifica Mercedes-Benz?

La fusión de las dos empresas, como se determina que todos los modelos lleven el nombre Mercedes-Benz, y el origen de la famosa estrella que es el logo de la marca; en nuestro tercer y último artículo sobre Mercedes-Benz.

Casualidades, oportunidades bien aprovechadas, mente abierta y flexible para afrontar cambios inesperados del destino hilan esta fascinante historia de Mercedes-Benz.

Por Gina de Cheona
gina@decheonafranco.com
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