Circula en Facebook una estampa humorística en la cual conversan dos señoras mayores en medio de risas y una de las ellas dice yo prefiero el Parkinson al Alzheimer, porque es preferible que se derrame un poco de vino que olvidar dónde dejé la botella. Genial, brillante, sobre todo por la sabiduría semiológica para describir en un gesto los síntomas cardinales de cada uno, el trastorno del movimiento y el trastorno de la memoria.

El humor tiene una otra cara terrible cuando se trata de ridiculizar algo o alguien, el defecto físico o de otra naturaleza en el cuerpo o la mente, ha sido caldo de cultivo para la ridiculización a niveles que han logrado acabar socialmente con una persona y en casos extremos llevarla al suicidio. El cojo, el manco, el patuleco, el tuerto, el boquineto, el deficiente mental, figuran entre los personajes favoritos para hacer chistes alrededor de su defecto, los llamados chistes crueles abundan, algunos son muy buenos en su contundente crueldad y nos hacen reir a morir, excepto cuando somos nosotros los portadores de la condición.

Siempre se ha dicho que hacer humor es una de las profesiones más serias que hay, lo comparto y le agrego que se necesita una cierta cosa en la mente, un destello de inteligencia para imaginar el escenario y poner las palabras y los gestos precisos para hacernos desternillar de la erre. Hacer un stand up es una tarea colosal que requiere de mucho ingenio para mantener una sonrisa en el público durante ese lapso.

Este 4 de noviembre se estrena para Latinoamérica El Show de Michael J. Fox, el mismo de Regreso al Futuro quien, como muchos saben, padece el Mal de Parkinson, condición que lo hizo retirar de la pantalla grande ante la imposibilidad de poder controlar esos movimientos en todo el cuerpo que no se verían bien en una película. Este regreso del talentoso actor es en la pantalla chica en una producción de la NBC, una comedia familiar en la que Mike Henry -Michael J. Fox- tiene que lidiar con la familia, el trabajo y el Parkinson. Se trata de la vida de un expresentador de noticias que se retiró para estar con su familia cuando lo diagnosticaron, situación que se mantuvo estable hasta cuando surgieron las consecuencias de vivir con un esposo y padre de 3 hijos que, al no tener trabajo, quiere estar pendiente de todo y de todos en la casa, mientras que aquellos 4 lo que quieren es que vuelva a trabajar para poder seguir con sus vidas de la forma independiente que tenían antes. Es una decisión valiente del actor en el sentido de decidir que ya que está enfermo quien va a hacer bromas sobre su padecimiento va a ser él mismo.

Después de los primeros 5 capítulos en los Estados Unidos los defensores de los llamados Límites del Humor están vigilantes del contenido a pesar de ser una comedia familiar, pues no permiten una ridiculización de la enfermedad. Me parece justo. Yo le agrego lo siguiente: debe ser también una forma de aprender sobre ella, en especial para aquellas familias donde hay uno o más miembros con este diagnóstico, porque con las situaciones que plantea el libreto pueden adquirir una visión diferente de qué es y cómo se maneja de manera adecuada la enfermedad. Para mí el tratamiento del Mal de Parkinson y la Demencia tipo Alzheimer es la inmensa tolerancia del amor, más unas pastillas y otras vainas que no curan nada pero sostienen la vida.

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