El caos de movilidad en la ciudad ha ayudado mucho a mi salud física y emocional, pues cada vez que necesito hacer algo, pues toca moverse y con los pies. Además ya hasta me encanta cualquier excusa para echarme una caminadita, con todo y calor.
Debo admitir que como barranquillera que se respete, cogía el carro para ir a dos cuadras de mi casa. Claro, que obviamente estoy hablando como barranquillera de cierto estatus, es decir, que puede comprar y sostener un carro con todos los impuestos de rodamientos, de emisiones, seguros, gasolina, repuestos, etc.
Sin embargo, nunca he estado ciega ante la falta de andenes seguros, ni de cualquier cosa que ayude en nuestra ciudad, a que el peatón, circule libremente. Ni qué decir de aquellos que están en silla de ruedas o usan muletas o que sea un poco mayor, con pérdida de la seguridad en lo que pisa, por la vista o por el equilibrio.
Pero para mí pasó de ser difícil, a dar miedo caminar por Barranquilla. Y no me refiero a los atracos, ni a la inseguridad. Da miedo encontrar, cada vez más, tantos obstáculos, sobre todo a causa de aquellas cosas que supuestamente están haciendo para mejorar nuestra vida citadina.
Me he aguantado, como tanta gente que vive cerca de la calle 79 entre 60 y 55, el polvorín, el ruido, la toma de absolutamente todas las áreas de las calles y las carreras para todo tipo de elementos de construcción. Me he tenido que romper la cabeza para ver cómo pasar una cuadra porque el irrespeto al ciudadano es tal, que ni la más mínima norma de seguridad peatonal se ha mantenido.
Hay que pasar entre las máquinas, por entre huecos, tablas, piedras, arena…Me lo he aguantando todo con el mantra: “.. todo será para mejorar…Barranquilla florece para todos…ya pasará…”
Pero no, no solo no hay andenes aún, sino que las rejillas que pusieron para que el agua se canalice, son una trampa mortal. Sencillo: hay que caminar haciendo maromas para que a uno no se le vaya el pie y se reviente el cuerpo entero.
En mis pesadillas ahora aparecen reuniones de ingenieros y contratistas con la administración distrital. Los veo sentados diseñando estrategias para torturar y lesionar a los ciudadanos. Me los sueño reunidos alrededor de una mesa enorme, con ventanales que dan a la nueva flamante Avenida del Río diciendo cosas como:
-“Diseñemos unas rejillas para recoger el agua, por donde quepa toda la basura que viene para que luego se tape e inunde los edificios aledaños, así como inundamos el Valenza, igualito….jajaja….It´s fun, es divertido, se imaginan los videos por Youtube…”
“Ah si, ( dice otro) y ahora a todos esos bobos los obligamos a comprar carros nuevos…”
_Y en mi sueño dice otro de los genios : “ Y se imaginan todos las patas rotas que van a salir de allí, derechito para los hospitales, porque esas rejillas está perfectas para que se mate más de uno!...jajajaja…abramos un negocio de ambulancias ….”
A veces las pesadillas explican con mejor lógica, lo que no puede la razón. Voy a apagar la luz para seguir entendiendo a mi ciudad.
columonica@hotmail.com