Elza Soares, cantante carioca, mujer de Garrincha, aquel endiablado mito del fútbol brasileño; la Elza que vimos aquí hace unos cuantos festivales del Barranquijazz, lo sabía todo sobre Miltiño y no se lo preguntamos.
Quizás porque no sabíamos entonces que ella sabía. Pero ahora que el gran sambista y bolerista ha muerto a sus 86 años, de un infarto, este domingo en Río de Janeiro, comprobamos que Elza y él fueron amigos y grabaron juntos varias canciones.
Miltiño o Miltinho, como era conocido en portugués, se llamaba Milton Santos de Almeida y había nacido en Niteroi, una población frente a Río, donde empezó desde muy joven a cantar sambas mientras tocaba la pandereta. Su carrera se disparó cuando un el compositor Jair Amorin, de la RCA Víctor, le propuso grabar en español.
Miltiño hizo en línea diez álbumes de música brasileña y empezó a imponer sus canciones en nuestro idioma. Llegó a ser llamado El rey del fraseo. Para Tito Rodríguez, sólo había otro latinoamericano que vocalizaba tan claro como Miltiño: el colombiano Nelson Pinedo.
En Brasil, Miltinho fue famoso como intérprete de sambas. En la América Hispánica, se estimó a Miltiño como uno de los más grandes boleristas de la historia. “Mulher de Trinta”, grabada en los sesenta, fue su samba más popular y premiada. También grabó otras con Chico Buarque, Ed Mota, Martinho da Vila y Zeca Pagodinho, entre tantos.
Sus boleros resultaron cosa aparte, casos de amor profundo, inteligentes, con ritmo, que él mismo escogía. Nadie olvidará su interpretación de Rocío, Cuando estemos viejos, Recuerdos, ¿Por qué no te vas? Boleros respaldados por una orquesta tropical, con saxos, trompetas y percusión en primer plano.
¿Han oído Dedo de guante, el gran bolero surrealista que canta Miltiño? Si le prestan atención, escucharán que el cantante grita al final con entusiasmo: “¡Te la comiste, Pocho!”, una frase fuera de contexto, que sólo entendieron los del círculo musical que acompañó en aquella ocasión al brasilero.
Se dice que, a mediados de los años sesenta, Miltiño viajó a varios países del Caribe y formó parte de la orquesta Billo's Caracas Boys, la más famosa de Venezuela, con la que grabó varias piezas.
Nada más lejos de la realidad. Miltiño grabó sí Billo-Miltiño/Doctores de la música, un larga duración con temas del maestro Billo Frometa, director de la Billo’s, quien le envió por correo las partituras al también director de orquesta y pianista, el uruguayo Rubén “Pocho” Pérez Izza, para que las montase en Río de Janeiro con su agrupación, la Orquesta Latina.
Al parecer, la Billo’s se había desmembrado tras el veto impuesto por la asociación musical de ese país, dominada por otros músicos tan recelosos como Chucho Sanoja y Aldemaro Romero.
Por varias décadas, Miltiño arrulló y consoló con su voz, su sentimiento e incomparable dicción, el corazón de los románticos del mundo. Que sepamos, no hay una justa biografía suya. Quizás en portugués. Ustedes saben, las barreras del idioma, esa otra distancia lingüística que prevalece entre nuestros pueblos hermanos.